Economía

‘Si Trump habla de aranceles, tira las ventas’: México enfrenta el reto de crecer pese a guerra comercial

Mientras Sheinbaum entra en su segundo año de gobierno, enfrenta un crecimiento débil y a un presidente estadounidense impredecible.

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Hasta ahora, el presidente estadounidense ha pospuesto la imposición de aranceles generalizados a México. (Foto: Especial El Financiero)

El huerto de Luis García está a las afueras de Morelia, en el corazón de la franja aguacatera de México, pero su destino está atado a los consumidores de Estados Unidos, a miles de kilómetros de distancia.

Cada vez que el panorama para las relaciones comerciales se complica —como ocurrió a inicios de este año, cuando el presidente Donald Trump desató su guerra comercial—, las ventas de su empresa se detienen durante una o dos semanas, y algunos de sus empleados se quedan sin recibir salario.

“Los compradores estadounidenses siempre están al borde del colapso”, dice García, director general de Empaque MexFrut, un empresario de 40 años que tiene una planta de unos 30 empleados. “Cada vez que Trump dice que va a imponer o subir aranceles, ya lo ha hecho como seis veces, las ventas se paralizan”.

¿Cuál es el reto que enfrenta Sheinbaum para ayudar a agricultores?

Esa dependencia de Estados Unidos —que durante años impulsó tanto a pequeños productores del campo, como García, así como a grandes corporaciones en el norte industrializado— está llevando rápidamente a México hacia una encrucijada económica de medio billón de dólares.

Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum entra en su segundo año de gobierno, enfrenta un crecimiento débil, a un presidente estadounidense impredecible decidido a incrementar barreras al comercio transfronterizo, y a una ola de apoyo popular que ha dado a su partido el poder de transformar la economía y las instituciones que su antecesor no consiguió cambiar.

Si logra el equilibrio adecuado, fortaleciendo las industrias nacionales, atrayendo inversión extranjera y evitando que la administración Trump imponga aranceles punitivos, Sheinbaum podría lograr que la economía crezca 2.2 por ciento anual hasta 2030.


Eso la convertiría en la primera líder mexicana en ver la tasa promedio de crecimiento sobrepasar a EU durante un mandato presidencial desde Felipe Calderón, después de la crisis financiera mundial, según un análisis de Bloomberg Economics.

Por el contrario, si amplía el control del Estado sobre la industria y se ve arrastrada a una guerra comercial con EU, el panorama sería mucho menos favorable: cinco años de estancamiento con crecimiento nulo. Y si el mercado de bonos se sacude ante presiones políticas para gastar más de lo prudente, el desenlace podría ser aún peor. La diferencia entre un escenario y otro equivale a más de US$500.000 millones, o casi US$4.300 por cada habitante de México.

“Estamos en un punto de inflexión crucial, que definirá el desempeño económico de México en los próximos años”, afirma Fiorentina García Miramón, exfuncionaria de la Secretaría de Economía y hoy consultora en 44 Soluciones Consulting.

Los cuatro escenarios para México en medio de la guerra comercial con EU

Para dimensionar lo que está en juego en el intento de Sheinbaum por reencauzar la economía hacia 2030, Bloomberg Economics modeló cuatro escenarios, centrados en la interacción de dos riesgos principales: la política comercial de EU y las políticas internas de México.

En materia de comercio, el modelo evalúa qué pasaría con las exportaciones mexicanas hacia EU y con el crecimiento del PIB bajo escenarios de aranceles altos o bajos. En política interna, el análisis se basó en la experiencia histórica de México para observar cómo tiende a comportarse el crecimiento bajo gobiernos con enfoques promercado o proestado.

Desde que asumió el cargo en octubre de 2024 como la primera mujer presidenta de México, Sheinbaum no se ha alejado demasiado de las políticas de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, quien incrementó el salario mínimo, el gasto social y las pensiones, reduciendo con éxito la pobreza.

Sin embargo, Sheinbaum ha mostrado una actitud menos confrontativa hacia el sector empresarial y un compromiso más firme con la disciplina fiscal que AMLO en su último año de gobierno.

Tras un año de su gestión, los cambios son más retóricos que revolucionarios, pero Sheinbaum ha disipado en gran medida las expectativas de que sería una copia de su predecesor. También ha sido reconocida por su manejo de las negociaciones comerciales con Trump, aunque no lo suficiente como para eliminar el riesgo de nuevos aranceles del principal mercado de exportación de México.

Hasta ahora, el presidente estadounidense ha pospuesto la imposición de aranceles generalizados a México, cuyas exportaciones siguen cubiertas en su mayoría por el tratado vigente con EU y Canadá, y a finales de octubre extendió nuevamente el aplazamiento con la esperanza de llegar a un acuerdo con Sheinbaum.

Con una tasa arancelario efectiva de alrededor del 7.6 por ciento, muy inferior al 40 por ciento de China, México no está en mejor situación que antes de que Trump iniciara su segundo mandato, pero hasta ahora parece que va a perder considerablemente menos que la mayoría de los demás socios comerciales de EU.

Al mismo tiempo, la presidenta planea aplicar aranceles de hasta 50 por ciento a productos chinos y de otros países con los que no tiene acuerdos comerciales, como automóviles, acero y textiles, para impulsar la industria nacional —siguiendo una línea de nacionalismo económico similar a la de Trump— y aprovechar la cercanía comercial con EU mientras este restringe el comercio con otras regiones.

Es una apuesta arriesgada, que profundiza la dependencia del mercado estadounidense justo cuando México podría beneficiarse de diversificar sus socios comerciales.

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