Las empresas alrededor del mundo voltean a ver la IA y los datos como la solución para resolver cualquier problemática y en el camino muchos se quedan esperando un ROI que tarda en mostrar su éxito. Sin embargo, el verdadero potencial de la data se alcanza cuando es gestionada de forma estructurada, segura y alineada con los objetivos estratégicos del negocio, explotando las bondades escondidas de los datos y su interacción.
La tendencia es clara. En América Latina, según Grand View Horizon, el mercado de analítica de datos crecerá a una tasa de 37.5%, alcanzando 19,431.7 millones para 2030, lo que indica que el mundo empresarial ya está tomando en cuenta no solo la cantidad sino la calidad de los datos y su complejidad.
En el camino de la innovación, vemos que las compañías buscan 2 cosas al comenzar a trabajar con datos: rapidez y confianza, lo cual no es cosa menor, ya que en cualquier proceso muchas veces estos dos factores se contraponen, poniendo a los expertos en jaque.
Para ayudar a las empresas a estructurar una estrategia sólida de datos con herramientas escalables, comparto seis pasos fundamentales para implementar un plan de gobernanza de datos eficaz y capaz de generar valor tangible:
1. El conocimiento de los datos: Saber dónde se encuentran los datos, su movimiento, comprender su contenido y lo que pueden aportar es fundamental para eventualmente formar las políticas que hagan sentido a la realidad de la empresa, además de saber dónde están los datos actuales, poder localizar los datos antiguos e información adicional que tenga algún efecto sobre los mismos.
2. Establecer una estructura: Hablar un lenguaje común entre áreas reduce la posibilidad de conflictos, por lo que establecer formatos, medidas y terminologías en común eficientará la interpretación y la hará más certera, elevando la calidad del resultado, ya que al trabajar con datos, la simplicidad es el camino a seguir para evitar futuras complejidades innecesarias.
3. Centralización:Cuando la gobernanza actúa de forma centralizada, teniendo a los datos en un mismo lugar, evita las redundancias e inconsistencias, facilita el control y eleva la rapidez, permitiendo que exista un solo resultado a cada solicitud.
4. A cada dato le corresponde un responsable: Al definir responsabilidades sobre los datos a cada área, los roles son más claros y los alcances también. Ya que los datos no son el deber de un solo departamento, y esto es clave en la democratización, donde no solo los especialistas tienen acceso y responsabilidades sobre la data que se genera. Por lo que el éxito de estos procesos es un trabajo colaborativo.
5. La gobernanza en acción:La gobernanza de datos debe integrarse de manera orgánica en los procesos y sistemas que las personas utilizan a diario, no como una práctica paralela. Esto implica incorporar políticas, controles de calidad y mecanismos de trazabilidad directamente en los flujos de trabajo, asegurando que las reglas se apliquen de forma automática y constante en toda la organización. Al operacionalizar la gobernanza, las empresas logran que la gestión de datos se convierta en un habilitador del negocio, al fomentar la eficiencia, la consistencia y la colaboración entre cada área de la empresa.
6. Supervisión activa:La gobernanza de datos no es un esfuerzo puntual, sino un proceso. Requiere establecer revisiones periódicas, auditorías continuas y métricas de desempeño que permitan identificar brechas, anticipar riesgos y ajustar las estructuras según las necesidades cambiantes del negocio. Mantener un compromiso sostenido con la calidad, la seguridad y la integridad de los datos garantiza que la organización pueda adaptarse con agilidad al crecimiento, la innovación tecnológica y las nuevas regulaciones, sin perder el control ni la confiabilidad de su información.
En conclusión, al aplicar estos principios, las empresas logran transformar la gobernanza de datos en una verdadera palanca de innovación, capaz de evolucionar al ritmo de las nuevas tecnologías, los modelos de negocio emergentes y las regulaciones en constante cambio. No obstante, las empresas son un escenario donde el volumen y la complejidad de los datos crecen exponencialmente, por lo cual la gobernanza no puede recaer únicamente en los equipos de TI. Su éxito depende de una colaboración transversal entre los equipos de datos, analítica y las áreas de negocio, generando una cultura organizacional basada en la confianza, la agilidad y la generación de valor sostenible.
En esta línea, la alfabetización de datos se consolida como un recurso estratégico. No solo impulsa una comprensión colectiva dentro de la organización, sino que también permite reconocer las particularidades y el contexto de cada unidad de negocio.
