Colaborador Invitado

La solución energética ante el desafío de la transmisión

Los sistemas BESS complementan perfectamente los nuevos proyectos renovables, ya que mitigan el acortamiento de energía, la fuerte variación tarifaria para los consumidores finales y eliminan la intermitencia de las fuentes solares y eólicas.

El panorama energético de México se encuentra en un punto de inflexión, lleno de grandes oportunidades. La creciente demanda de electricidad impulsada por el desarrollo industrial, la llegada de grandes inversiones con requerimientos específicos de energía limpia y el avance de fenómenos industriales como el nearshoring han evidenciado la necesidad de que el sistema eléctrico mexicano avance hacia su expansión y modernización, particularmente en el ámbito de la transmisión y generación estratégica de oferta, para poder atender dicha demanda.

Actualmente existe una gran falta de proyectos e infraestructuras de generación de energía en México. Ante estos retos, los sistemas BESS complementan perfectamente los nuevos proyectos renovables, ya que mitigan el acortamiento de energía, la fuerte variación tarifaria para los consumidores finales y eliminan la intermitencia de las fuentes solares y eólicas, manteniendo una capacidad de generación constante, confiable y que ofrece competitividad a comercios, industrias y los usuarios finales conectados a la red.

En Latinoamérica, ya existen países que han comenzado a implementar tecnologías de almacenamiento BESS, como es el caso de Chile, cuya legislación ha promovido activamente su desarrollo. Esto permitió la reciente inauguración de BESS del Desierto, el proyecto de almacenamiento a gran escala más relevante de la región, ubicado en el Desierto de Atacama. En Brasil, siendo el mercado de energías renovables más atractivo de la región el desarrollo de este tipo de soluciones se encuentra actualmente en curso.

México acaba de dar un paso decisivo al publicar su primera normativa específica sobre almacenamiento: la Resolución SENER/CRE 02‑2025 (4 de marzo de 2025). Este marco exige que cada nuevo proyecto solar ≥ 20 MW o proyecto eólico ≥ 30 MW incluya un sistema BESS equivalente al 10% de su potencia o, en su defecto, celebre un contrato de “BESS compartido” con la CFE. Más que un simple avance regulatorio, la medida se adelanta a desafíos inminentes: reduce el riesgo de acortamiento, refuerza la reserva operativa y sienta las bases para una oferta eléctrica capaz de sostener el fuerte crecimiento económico que México proyecta para los próximos años.

Uno de los principales retos que enfrentan los sistemas eléctricos es el comportamiento de la demanda. Esta suele tener variaciones importantes a lo largo del día y adicionalmente tiene un crecimiento en distintas geografías que no va a la par del crecimiento de oferta energética. México cuenta con un sistema limitado que necesita robustecerse con más fuentes y nuevas tecnologías para atender el crecimiento de la oferta. Frente a esto, los sistemas BESS presentan una solución competitiva, sostenible y confiable: almacenan energía en las horas bajas y la entregan durante los picos de demanda generando un sistema resiliente y adaptable a la fluctuación de tarifas de energía. Adicionalmente, al no depender de la ubicación de un recurso natural, pueden instalarse justo donde se necesita la potencia, ya sea junto a un parque renovable para mitigar acortamientos o al pie de los centros de consumo para aliviar la congestión de la red.

Existen múltiples instalaciones que requieren un suministro eléctrico continuo, independientemente de la hora. Ejemplos de ello son los centros de datos, donde se almacena y procesa información crítica, y los hospitales, que dependen de una fuente de energía constante para operar los equipos que resguardan la salud de las personas. En estos casos, los sistemas BESS juegan un papel fundamental, ya que garantizan la continuidad del servicio incluso durante los picos de demanda, reduciendo así el riesgo de interrupciones, activando sistemas de respaldo energético en segundos y reduciendo gastos asociados.

La implementación de estos proyectos es una solución de respuesta inmediata, instalada justo donde se requiere, más económica que los proyectos tradicionales de gran infraestructura, y que, además, proporciona a los grandes consumidores acceso directo a energía limpia en horarios estratégicos.

El desarrollo de las fuentes renovables en México, como la energía solar y eólica, tiene potencial, y frente a esta necesidad los retos de almacenamiento y distribución energética son más visibles que nunca. La solución no es reemplazar fuentes, sino complementarlas para aumentar la participación de energías limpias, contar con una matriz más diversa y, de esta forma, generar un sistema capaz de enfrentar los desafíos sociales y ambientales del futuro. La implementación de sistemas de almacenamiento de energía en baterías permitirá garantizar un sistema competitivo, confiable y sostenible para el desarrollo del mercado energético mexicano que necesita de soluciones e innovaciones para adaptarse a los retos actuales.

Daniel García

Daniel García

Director comercial de Atlas Renewable Energy en México

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