Colaborador Invitado

El surrealismo político mexicano

En la política mexicana el surrealismo adquiere dimensiones, alcances y matices insospechados. La más amplia y generosa imaginación se queda corta. André Breton estaría fascinado en México.

André Breton es el padre del surrealismo. Este movimiento surge en 1924 y se enfoca en conocer y dar sentido a la expresión del subconsciente por medio de la literatura, la pintura y el arte en general. El surrealismo está vinculado con el psicoanálisis y las ideas de Freud. Es un movimiento que capta la forma, la expresión colectiva y las múltiples manifestaciones humanas.

En la política mexicana el surrealismo adquiere dimensiones, alcances y matices insospechados. La más amplia y generosa imaginación se queda corta. Nuestra idiosincrasia ciudadana juega malabares y adquiere conciencias poco determinadas. Los mitos los convertimos en realidad y la realidad en espejismos inexistentes. Acomodamos nuestra historia al capricho de las conveniencias. La contextura de nuestro ser nacional es el laberinto de nuestra soledad, del que hablaba y escribía Octavio Paz.

Estamos marcados por las circunstancias del destino, por la amenaza de la ignominia y el atropello. Las invasiones y la pérdida de nuestro territorio dejaron huellas indelebles en el alma nacional. En el fondo, en nuestra conciencia palpita la rebeldía frustrada del subconsciente colectivo. El temor y la inseguridad son reminiscencias del pasado.

La forma de ser y de comportarse del mexicano tiene mucho que ver con nuestro origen, nuestro recorrido azaroso y con la presencia de atajos y celadas que lastimaron nuestro ser nacional. No creemos en nadie ni en nosotros mismos, menos en la autoridad que por años ha abusado y ha sido cómplice de atropellos y desventuras.

Por esta razón tenemos un comportamiento errático y contradictorio, de alguna forma surrealista. Muchas y variadas máscaras para ocultarnos. A los extranjeros no les es fácil entender nuestro proceder y actuar. Nuestro lenguaje es una mezcla de símbolos, modismos y aforismos. Juego de espejos que nos protegen de las inclemencias de un mundo agresivo, difícil y complejo.

Un pueblo siempre en construcción no termina lo que inicia. Robert Smithson, artista estadounidense contemporáneo relacionado con el movimiento llamado Aland Art, estuvo en el hotel Palenque, en Palenque, Chiapas, y despertó su interés el hecho de que siempre estaba en construcción y, por alguna razón, no concluía el trabajo terminal de edificación. Siempre mostraba al observador múltiples varillas al aire, provocando desarmonía y mala imagen urbana.

En las comunidades rurales, en los pueblos y en las colonias populares de las grandes ciudades es frecuente encontrar construcciones inacabadas y con varillas preparadas para proseguir el trabajo. Es la ilusión y la esperanza de seguir adelante.

El gobierno, no importa su signo ideológico, es el reflejo de nuestras dudas, complejos y frustraciones. Sólo así se explica que una administración expropie la banca y otra, seis años después, la privatice; que un gobierno promueva e inicie la obra de un megaeropuerto y el nuevo lo cancele y construya otro; que el gobierno promueva la revocación de mandato cuando la oposición ha manifestado que continúe su periodo constitucional.

Todos los gobiernos condenan la corrupción y la impunidad y, al final, no encuentran a los culpables; somos un país con estructuras jurídicas avanzadas, pero no aplicamos la ley; no existe continuidad del esfuerzo y el trabajo político sexenal: el gobierno entrante olvida y destierra la obra del anterior; avanzamos en la autonomía de la Fiscalía mexicana y con el caso Cuevas está en terapia intensiva; los órganos electorales (INE y TEPJF), también en sala de espera; el canciller condena la invasión de Rusia a Ucrania y días después los diputados de Morena instalan en la Cámara la Comisión de la Amistad con Rusia. Sin duda, un ejercicio pleno de surrealismo puro. André Breton estaría fascinado en México.

Somos un país en proceso de consolidar nuestra esencia nacional y definir con precisión nuestra identidad; urge librarnos de nuestros demonios y cancelar la búsqueda de algo que ya se fue y que no volverá.

Roberto  Albores Guillén

Roberto Albores Guillén

Exgobernador de Chiapas

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