Hace una semana, los pronosticadores del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos predijeron con precisión que el huracán ‘Erick’ se intensificaría rápidamente al impactar la costa del Pacífico en México.
Ahora, las herramientas clave que ayudaron a elaborar ese pronóstico dejarán de estar disponibles a fin de mes, y no está claro si habrá un reemplazo a medida que el Atlántico entra en lo que se espera sea una temporada de huracanes inusualmente activa.
EU dejará de compartir información sobre huracanes
La Marina de los Estados Unidos y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) dejarán de aceptar y distribuir lecturas del Programa de Satélites Meteorológicos de Defensa a partir del 30 de junio, según un aviso oficial.
Una de las principales aplicaciones de estos datos es ayudar a los pronosticadores a predecir con precisión si una tormenta se intensificará rápidamente, lo que significa que las velocidades máximas del viento aumentarán al menos 56 kilómetros por hora en un periodo de 24 horas.
Cuando las tormentas débiles se fortalecen repentinamente, pueden poner en peligro a los residentes costeros y generar estrés adicional para los administradores de emergencias al intentar asignar recursos limitados.
¿Por qué hay huracanes que se intensifican tan rápidamente?
En los últimos años, muchas tormentas han experimentado una intensificación rápida, como el huracán ‘Milton’ del año pasado.
Esa tormenta pasó de ser una tormenta tropical a un huracán de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson en poco más de un día.
Aunque ‘Milton’ se debilitó a categoría 3 al tocar tierra en octubre pasado, otras tormentas han intensificado justo antes de su impacto, como el mortal huracán ‘John’ del año pasado, que dejó casi 145 centímetros de lluvia en partes de México.
Las investigaciones sugieren que, a medida que el mundo continúa calentándose, los sistemas tropicales tendrán una mayor probabilidad de convertirse en huracanes poderosos a través de una intensificación rápida.
¿Cómo ayudaban los datos que compartía EU en temporada de huracanes?
Los datos del Programa de Satélites Meteorológicos de Defensa, disponibles para investigadores y agencias meteorológicas de todo el mundo, ayudan al NHC a observar el interior de las tormentas, mientras que otros satélites solo captan imágenes de la parte superior de las nubes, explicó Alan Gerard, meteorólogo retirado de la NOAA.
Las lecturas de estos satélites han permitido a los pronosticadores detectar procesos como el reemplazo de la pared del ojo, similar a un cambio de piel en las serpientes. Durante este proceso, las tormentas pueden debilitarse brevemente mientras crecen en tamaño.
“Es un proceso importante, saber que está ocurriendo”, dijo Gerard. “Detiene la intensificación rápida. Pone un freno”.
Sin embargo, después del ciclo de reemplazo de la pared del ojo, la intensificación puede retomarse.
El equipo del programa de satélites militares, que lanzó su primer satélite en 1962, está llegando al final de su vida útil. La Marina comenzó a operar un satélite meteorológico de reemplazo este año, pero no está claro si los pronosticadores federales tendrán acceso a esos datos.
Funcionarios militares no respondieron a solicitudes de comentarios.
‘Será más difícil hacer los pronósticos’
En un comunicado emitido el viernes, Kim Doster, directora de comunicaciones de la NOAA, afirmó que los datos de los satélites militares son solo una parte de un “robusto conjunto de herramientas de modelado y pronóstico de huracanes”.
Según Doster, los modelos de tormentas seguirán incluyendo datos de otros sistemas satelitales y de los aviones cazahuracanes de la NOAA, entre otras fuentes.
“Las fuentes de datos de la NOAA son totalmente capaces de proporcionar un conjunto completo de datos y modelos de vanguardia que garantizan pronósticos meteorológicos de estándar de oro para el pueblo estadounidense”, afirmó Doster.
Sin embargo, nada de lo mencionado en la respuesta de la NOAA puede reemplazar los sensores que serán retirados, señaló James Franklin, pronosticador retirado del Centro Nacional de Huracanes en 2017.
“Cuando se interrumpa el flujo de datos, la capacidad de ver a través de las nubes para observar la estructura interna y la organización de un ciclón tropical se verá afectada negativamente”, explicó. Esto retrasará los pronósticos de intensificación rápida mientras los meteorólogos buscan otras pistas visuales.
“Será más difícil y llevará más tiempo hacer los pronósticos”, concluyó Franklin.