Ante el peso de la deuda de Pemex, la Secretaría de Hacienda y Petróleos Mexicanos encontraron una vía alterna para conseguir recursos sin recurrir directamente a un rescate fiscal: La colocación de instrumentos de inversión respaldados por activos.
Esta maniobra, conocida como “notas precapitalizadas”, ha despertado interés porque utiliza esquemas sofisticados de ingeniería financiera para atraer capital sin comprometer la garantía soberana del gobierno federal.
Mientras que para este 2025, los vencimientos de la deuda de Pemex están entre 6 mil 400 millones y 8 mil 900 millones de dólares, sumando bonos y créditos bancarios, la mayor preocupación corresponde a 2026, cuando el monto de los vencimientos asciende a 18 mil 700 millones de dólares.
¿Qué son los instrumentos de inversión respaldados por activos?
Los instrumentos de inversión respaldados por activos, conocidos como Asset-Backed Securities (ABS), son productos financieros que se construyen a partir de activos que generan ingresos.
Es decir, se “empaquetan” activos como créditos, hipotecas, cuentas por cobrar o contratos futuros, y se convierten en valores negociables en los mercados financieros.
Los ABS permiten a una empresa —como Pemex en este caso— obtener recursos inmediatos sin tener que recurrir a más deuda directa. En lugar de emitir bonos tradicionales, la compañía transfiere ciertos flujos de efectivo futuros (como ingresos por ventas o cobros pendientes) a un fideicomiso o vehículo financiero, que es el encargado de emitir los instrumentos y venderlos en el mercado.
¿Por qué es importante esta operación para Pemex?
Petróleos Mexicanos enfrenta vencimientos de deuda por hasta 8,900 millones de dólares en 2025 y 18,700 millones de dólares en 2026, según cifras citadas en la columna La ‘fórmula secreta’ para rescatar a Pemex, de Enrique Quintana, director editorial de El Financiero.

De acuerdo con Quintana, estos montos son inalcanzables si se considera la situación financiera de la empresa. Pemex reportó pérdidas de más de 620 mil millones de pesos el año pasado.
Ante ese panorama, la Secretaría de Hacienda, encabezada por Edgar Amador, diseñó la emisión de ABS como una medida de rescate indirecto, con respaldo implícito del gobierno federal pero sin que se considere deuda soberana formal.
Según Bloomberg, el monto de la emisión podría ubicarse entre 7 mil y 10 mil millones de dólares, aunque el dato oficial se espera entre viernes y lunes.
¿Cómo funcionan los ABS en la práctica?
- Pemex o Hacienda ceden derechos de cobro o ingresos futuros a un vehículo financiero especializado.
- Este vehículo emite los ABS en mercados internacionales.
- Los inversionistas que compran estos instrumentos reciben pagos periódicos, financiados con los flujos de efectivo originalmente comprometidos.
Es como hipotecar ingresos futuros sin empeñar directamente a la empresa. Es una fórmula creativa, pero no mágica.
Plan de rescate de Pemex: ¿Qué riesgos implica esta estrategia?
Aunque agencias calificadoras como S&P y Fitch han reaccionado positivamente —la segunda incluso mejoró la perspectiva de Pemex a “positiva”—, esto no elimina los riesgos estructurales que enfrenta la empresa.

Si Pemex Transformación Industrial sigue acumulando pérdidas y no hay un giro en su modelo operativo, ni la mejor ingeniería financiera alcanzará para evitar futuras crisis, alerta Quintana.
Además, estos instrumentos tienen riesgos implícitos:
- Si los flujos respaldados no se materializan, los inversionistas pueden dejar de recibir sus pagos.
- Al ser estructurados y complejos, pueden resultar menos líquidos y más volátiles en mercados secundarios.
- En crisis económicas o de confianza, estos papeles suelen ser los primeros en depreciarse.
Pemex necesita una reestructura profunda
A pesar del blindaje financiero que se ha diseñado para esta colocación, el mercado no olvida el alto riesgo operativo y financiero de Pemex. Los inversionistas podrían confiar por ahora en los ABS gracias al respaldo técnico y político, pero si la estrategia no cambia, la confianza podría no durar mucho.
Como señala Quintana en su columna, “el mercado ya no compra aspirinas para males crónicos”. Lo que Pemex, a cargo de Víctor Rodríguez Padilla, necesita no es solo liquidez inmediata, sino una reestructura profunda que le permita ser rentable y sostenible en el mediano plazo.
En ese escenario, se prevé que la presidenta Claudia Sheinbaum presente el plan de rescate de Pemex en las próximas semanas.
¿Por qué el mercado sí compra los instrumentos de inversión respaldados por activos?
A pesar del riesgo, los ABS emitidos con respaldo (aunque no explícito) del gobierno mexicano pueden ofrecer rendimientos atractivos, superiores a los bonos soberanos y con cierto grado de seguridad.
Es una mezcla que resulta tentadora para fondos de inversión internacionales, especialmente en un entorno donde muchos buscan escapar de la debilidad del dólar o diversificar portafolios.

Según S&P, el instrumento emitido recibió la misma calificación que los bonos soberanos mexicanos. Es decir, el mercado interpreta que Pemex y el gobierno federal siguen atados, aunque formalmente intenten separarse.
¿Esto es un rescate disfrazado?
Técnicamente, no. Pero en la práctica, sí es una forma de ayudar a Pemex sin afectar directamente los indicadores de deuda del sector público. Es como inyectar oxígeno sin conectarlo al tanque central.
La gran duda es si esto será solo una medida temporal o el inicio de una nueva etapa financiera para la petrolera.