El campo mexicano, golpeado por la decisión del gobierno de Estados Unidos de restablecer aranceles al tomate fresco nacional, busca nuevas rutas, y el mercado canadiense sería la opción más viable —y urgente— para redirigir el flujo de exportaciones y contener el daño económico al sector, aseguró Gerardo Tajonar Castro, presidente de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (ANIERM).
“El arancel no solo representa una barrera comercial: evidencia nuestra peligrosa dependencia de un solo mercado”, advirtió Tajonar, al referirse al castigo antidumping que entró en vigor el pasado 14 de julio, tras la salida formal del Departamento de Comercio de Estados Unidos del Acuerdo de Suspensión firmado en 2019.
Miran a Canadá ante impuesto al tomate mexicano de Trump
La nueva medida impone un impuesto de 17 por ciento a las importaciones de tomate mexicano, afectando a una industria que exporta más de 2,800 millones de dólares anuales y que depende en un 90 por ciento del mercado estadounidense.
Frente a esta concentración, Tajonar señaló que Canadá debe convertirse en un destino prioritario.
“Hoy nuestra participación en el mercado canadiense representa solo el 0.3 por ciento del total exportado. Eso no es una debilidad, es una oportunidad latente de expansión”, subrayó.
Y es que Canadá consume cerca de 780,000 toneladas métricas de tomate fresco al año, y ya importa más de 310 millones de dólares de producto mexicano bajo condiciones arancelarias preferenciales gracias al T-MEC.
¿Cómo exportarían el tomate mexicano a Canadá?
La clave, según el presidente de la ANIERM, está en aprovechar la nueva infraestructura logística que conecta a México, Estados Unidos y Canadá a través de una línea ferroviaria intermodal refrigerada.
Este corredor ferroviario permite el traslado eficiente, seguro y rentable de grandes volúmenes de productos perecederos desde las zonas agrícolas del Bajío y el noroeste mexicano hasta los centros de distribución canadienses, sin necesidad de trasbordos múltiples ni procesos aduaneros complejos en cada frontera.
“La logística era la gran barrera histórica para diversificar. Hoy, con esta red ferroviaria directa y refrigerada, se elimina ese obstáculo y se abre una ventana real para reconfigurar nuestras rutas de exportación”, explicó.
Tajonar indicó que urge una estrategia nacional coordinada, por lo que propone que las Secretarías de Economía y Agricultura encabecen misiones comerciales a Canadá, con el objetivo de vincular a productores con cadenas de supermercados y distribuidores canadienses.
Además, exhortó a los exportadores a negociar directamente con los operadores ferroviarios la creación de hubs logísticos y tarifas preferenciales, mientras que la banca de desarrollo debería facilitar el financiamiento para adaptar procesos logísticos a las nuevas exigencias del corredor norte.