Sibarita

Disfruta de una cena llena de arte, historia y pasión

Conoce la vida de figuras de las letras y la pintura a través de una serie de cenas temáticas.

Los hilos conductores son el placer de la comida, el disfrute de la escenificación y la sorpresa de conocer pasiones y amores en voz de sus protagonistas. En torno a una mesa ubicada en algún lugar del siglo XX, se invita al comensal a ser testigo de un acto extraordinario en la vida de tres hombres mexicanos que marcaron época, Salvador Novo, Diego Rivera y Octavio Paz. A la mesa están invitadas sus parejas, ellas y ellos, como parte de la representación más intensa y carnal de sus vidas.

Ese es el planteamiento en torno al cual gira la propuesta escénica y culinaria del historiador Francisco Hernández y la chef Elvira Abarca. Sensibilidad, creación y erotismo se funden en un concepto que agasaja los cinco sentidos. La escenificación corre a cargo de la compañía de Teatro Clásico Fénix Novohispano. Esta edición está dedicada a parejas culturales y sus gustos gastronómicos.

A partir de este mes y hasta septiembre se realizarán tres cenas temáticas. En la primera se cuenta lo que pasó la noche en la que el cronista y poeta Salvador Novo vivió un fugaz y apasionado encuentro con Federico García Lorca.

"De ahí salieron chispas. En 1933 se conocieron en Argentina, Novo fue a Uruguay a una comisión literaria y se enteró que García Lorca estaba en Argentina y hace todo lo posible por conocerlo. Comparten una noche en Buenos Aires, ese par de dandys exquisitos comían y bebían bien, los sentamos en la mesa junto a los comensales", cuenta Hernández.

De ese encuentro hay testimonios en los que se basaron como un dibujo realizado por García Lorca, titulado Amor novo, y las cartas que el mexicano le escribió al español. La tarea de hacer la investigación culinaria de la época le concede a la chef, el privilegio de diseñar el menú, que en esa ocasión será de cocina fusión porque en la década de los 30, la cocina argentina estaba ya muy influenciada por los sabores europeos.

"En cada una de las degustaciones hay tres tiempos y no puede faltar un buen vino. A través de sus comunicaciones reinterpreto sus gustos", agrega la cocinera.

El segundo amor pasional es el de Diego Rivera y Frida Kahlo, ambos anfitriones de una velada cuyo eje culinario aún no se define. Por un lado están las comilonas con las que ella agasajaba a sus invitados con el mole como protagonista; por el otro, el gusto de la pintora por las fiestas decembrinas, las posadas y las recetas de temporada que le encantaba cocinar.

"Él fue un hombre que se llenó de la cultura del mundo y regresó a México a redescubrir y pintar el pasado indígena, colonial y progresista. Conocía tan bien al pueblo de la época que sabía que no leían, pero sabían ver, por eso se convierte en un escritor visual. Frida era una chavita preparatoriana que cae seducida ante su arte y su intelecto, tuvieron una relación polígama que los marcó a ambos", relata Hernández.

La historia de ambos se adereza con anécdotas que les confiaron quienes convivieron con la pareja, como la que contó la abuela de un amigo del historiador que vivió en la casa de los pintores durante seis meses, ella dibuja a Frida como una gran cocinera pero una mujer muy mal hablada.

Para agendar

  • 26 de julio.

Ex Convento de Regina (Regina 7, Centro).

Cena Salvador Novo y Federico García Lorca.

  • 30 de agosto.

Palacio de la Escuela de Medicina (Brasil 33, Centro Histórico).

Cena Diego Rivera y Frida Kahlo.

  • 27 de septiembre.

Ex Convento de Regina

(Regina 7, Centro).

Cena Octavio Paz y Bona Tibertelli.

Precio: 600 pesos por persona por cena. Sólo 50 lugares por día.

Venta de boletos en: Facebook FÉNIX NovoHispano y @FenixNH

Para cerrar con broche de oro se relata el intenso romance que vivieron Octavio Paz y Bona Tibertelli de Pisis, la italofrancesa que se convirtió en el amor más pasional, carnal y prohibido del poeta mexicano.

"Paz con ella fue el hombre deseoso y ardiente que se entrampa en una relación con la esposa de su amigo, el crítico literario André Pieyre de Mandiargues, quien lo aceptó. Octavio y Bona se conocieron en París y viajaron juntos a México a Tecolutla, Veracruz, donde el marido de ella incluso les toma una foto juntos", narra el historiador.

El relato se basa en el libro Los idilios salvajes, de Guillermo Sheridan, en el que el amigo del poeta recupera las cartas de amor que Paz le escribió a Bona.

"Más que la miel y el dulzor, todas estas relaciones están marcadas por la intensidad y la desmesura. Es un privilegio reinterpretar eso a través de la comida", puntualiza la chef, quien invita a los comensales a revivir esas pasiones.

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