Entre la cantidad de películas, series, documentales y animaciones que Netflix estrena semana a semana, es factible que alguno de estos contenidos pase desapercibido en la plataforma. Uno de esos contenidos que llegó con sigilo y sin grandes dosis de publicidad es Bodyguard.
Esta serie inglesa de la BBC, con sólo una temporada estrenada este año, tiene todo lo que un fanático de la acción con calidad puede desear: intrigas gubernamentales del más alto nivel, giros de tuerca inesperados, diálogos inteligentes, escenas de acción sorprendentes y lo mejor: una trama muy bien lograda.
Creada y escrita por Jed Mercurio, Bodyguard es la historia de David Budd (Richard Madden), un veterano del ejército británico que es asignado como oficial de protección de la Ministra del Interior, Julia Montague, una mujer ambiciosa, con ganas de poder pero que no cuenta con las simpatías de sus compañeros de gabinete ni de la ciudadanía por impulsar una ley que restringiría ciertos derechos en aras de frenar las probabilidades de un atentado terrorista en el país.
Conforme avanza la serie vemos como las cosas para David se vuelven todo menos sencillas; el logro de Madden es dar la fuerza y a la vez fragilidad con la que el exsoldado enfrenta los demonios del estrés postraumático de la guerra, la relación complicada y con muchos puntos por resolver con su exesposa y sus funciones como guardaespalda de una ministra con la que se involucrará en una relación física y a todas luces inapropiada.
Como si las cosas no fueran ya lo sufientemente complicadas para Budd, éste se verá involucrado en un atentado en el que perderá la vida alguien cercano a él y que derivará en un intento desesperado por salvar no sólo su trabajo y su reputación, sino también su vida.
A través de seis capítulos con una hora de duración, la serie de Jed Mercurio se destapa como una matrushka: Bodyguard nos lleva por temas de actualidad, como el miedo e intolerancia de Europa a la migración y cultura islámica, los atentados terroristas y los intentos muchas veces desafortunados de los gobiernos para frenarlos; nos devela las intrigas del gobierno británico y sus técnicas de espionaje al interior del país para frenar aquello que considera inconveniente revelar y por último nos adentra en la mente de David Budd, llena de miedo y traumas pero con la lucidez y entereza necesarias para proteger su trabajo, familia y alma. Si buscan una serie trepidante y que los mantenga al borde del sillón, Bodyguard los dejará queriendo (y pidiendo) más.