Península

Pomuch recibe a los muertos limpiando sus huesos

En este pueblo de Campeche, los habitantes acostumbran desenterrar los huesos de sus muertos luego de al menos 3 años y conservarlos en una caja, donde cada año los limpian.

Desde dos semanas antes del Día de Muertos, los habitantes de Pomuch, al noreste de Campeche, comienzan con el rito de limpiar los huesos de sus difuntos.

Esta población, parte del municipio de Hecelchakán, famosa por el pan que elaboran, también es reconocida por esta tradición, que viene, según dicen sus habitantes, de la cultura maya.

Cada año, habitantes de la localidad acuden al cementerio para limpiar los huesos de sus difuntos, que conservan en cajas de madera y guardan en nichos al aire libre. Los huesos van envueltos en un manto de tela con bordados que la familia hace especialmente para sus seres queridos.

María Juanita González Chen, vecina de Pomuch, acudió al panteón para cambiar los paños de su madre y su hermano la tarde del jueves 1 de noviembre.

Ese día, pidió a José Alfonso Hernández, encargado del panteón, que la asistiera con la labor de limpieza. Primero, se retira la caja del nicho y se limpia este espacio. Algunos habitantes también pintan o remozan el nicho, según su estado.

"Se les barre su 'casita', se le cambia el bordado y se le quita la cal. A veces se le pinta", comenta Alfonso.

Luego, se sacan los huesos de la caja y se ponen sobre una superficie plana. La caja se sacude y se limpia para quitar los restos de polvo, y se cambia el manto.

Entonces empieza la limpieza de los huesos: con una brocha, una a una se van cepillando las piezas óseas que aún se conservan y se depositan nuevamente en la caja.

Igualmente se guardan los fragmentos y polvo los de huesos que quedan en el fondo de la caja.

-¿Qué se siente limpiar los huesos de su difunto?

-Nos sentimos contentos de recibirlos también, como a ellos no los abandonamos, eso es lo que hacemos, los esperamos en la casa.

Para los habitantes de Pomuch, exponer los huesos al aire es una forma de dar mayor libertar a los restos de sus difuntos.

"Le pedimos como una bendición que ya lo van a estar ventilando, que tenga una feliz ese cuerpo, cuando te abren, respiras un aire puro, es una vida feliz para ellos estando en sus nichos", explicó Venancio Tuz Chi, quien trabaja en el panteón y mantiene esta tradición.

No todos 'pueden' hacerlo

No todos los habitantes se sienten aptos para seguir con esta tradición, por lo que acuden a personas como don Alfonso para esta labor.

"Hay familias que dicen que ellos no lo pueden hacer porque son sus familiares, entonces nos tiene que pagar para hacer la limpieza ", comentó. Los pagos rondan los 20 o hasta 40 pesos, según quién haga la limpieza, y demora alrededor de 20 minutos por difunto.

La celebración no es exclusiva de Pomuch; hay otras localidades como Nunkiní, más al norte, donde también se realiza esta práctica, aunque al ser de más difícil acceso desde la carretera, es menos notoria, comentó Tuz Chi.

También se observa algo similar en Dzidzil, Tenabo y Calkiní, de acuerdo con una investigación de Viera Tiesler Blos apoyada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Algunas personas también acuden a mediados, con motivo del día de las madres o el día del padre, a cambiar los mantos de sus difuntos, comentó Tuz.

En el panteón de Pomuch, se encuentran restos de unas 15 mil personas, afirmó Hernández, y entre sus espacios hay restos de difuntos con más de 100 años de antigüedad, aseguró Tuz.

¿Y qué piensan de la muerte en esta localidad? Don Venancio lo resume así: "La muerte es una cosa natural, ya la traemos como costumbre, como normal" .

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