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¿Nos debemos poner pesimistas por Trump?

El triunfo de Donald Trump en EU supone algunos retos, ante sus medidas proteccionistas, pero México podrá salir adelante en algunos frentes, señala Víctor Piz.

Esta semana la automotriz MG Motor anunció una inversión de mil 50 millones de dólares para la construcción de una planta de manufactura en México con una capacidad de producción de 100 mil vehículos ligeros al año.

La inversión forma parte de la estrategia ‘MG 2.0′, que busca convertir a México en un centro o hub de producción y exportación de la automotriz para América Latina, según informó el presidente de la empresa china de origen británico.

De los mil 50 millones de dólares que se invertirán en la planta, 450 millones se destinarán a infraestructura y 500 millones a equipamiento, se detalló en un evento por el cuarto aniversario de la marca en México.

Pero no sólo crece el interés de las marcas chinas para operar o ampliar sus operaciones en el país.

Esta misma semana Toyota anunció una inversión adicional en sus plantas de Baja California y Guanajuato de mil 450 millones de dólares, que se destinarán a la producción de la nueva generación de la pick-up Tacoma y Tacoma híbrida eléctrica (HEV).

De acuerdo con la información del anuncio realizado el jueves por la marca japonesa, además de la cifra de inversión, se estima la generación de mil 600 nuevos empleos.

La nueva asignación de recursos se suma a los cerca de dos mil millones de dólares que Toyota ha invertido en México durante los 22 años de presencia en el país, según la empresa automotriz.

Ambos anuncios de inversión, que rondan los dos mil 500 millones de dólares entre MG y Toyota, refuerzan la posición de México como potencia automotriz global.

Los anuncios de inversión de las marcas china y japonesa se dan en el contexto de las presiones sobre México por parte del virtual presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer medidas proteccionistas a través de altos aranceles contra las exportaciones automotrices mexicanas a ese país.

A propósito del desafío, Oscar Silva, socio de Roland Berger México, comentó que hay que tener calma:

El triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos plantea preocupaciones con respecto a las perspectivas de las exportaciones automotrices de México hacia su vecino del norte.

La probabilidad de que se apliquen onerosos aranceles a esas exportaciones es realmente muy baja, máxime si consideramos que la guerra comercial entre EU y China fortalece la fabricación de automóviles en México.

“Mirando hacia atrás, la industria automotriz mexicana sólo se ha consolidado y crecido y hay fuertes razones para creer que la misma tendencia continuará en el futuro”, confió el experto en un amplio estudio: Navigate the nearshoring process. Why Mexico is becoming the leading destination for automotive companies.

Desde la perspectiva de Silva, los costos de mano de obra, energía y transporte son significativamente más bajos aquí que en los países rivales de la relocalización de empresas y líneas de producción (nearshoring).

México ofrece una ventaja total de costos terrestres del 35 por ciento sobre China. Además, el país se beneficia de su proximidad a los mercados estadounidenses, menores riesgos de transporte, una sólida base de proveedores automotrices e incentivos bajo los acuerdos de libre comercio de América del Norte y con Estados Unidos”.

Una encuesta realizada por Roland Berger en 2023 a gerentes de fabricantes y proveedores de equipos originales automotrices de EU y México detectó que el 78 por ciento de los encuestados ha realizado, está realizando o está evaluando la relocalización en México.

Este estudio encuentra que si bien hay una buena justificación para trasladar cualquier componente automotriz a México, algunos componentes tienen argumentos más sólidos.

Las empresas que consideran migrar su manufactura a México deben tener en cuenta varios factores para garantizar una ejecución exitosa, entre ellos, navegar eficientemente la burocracia, mitigar los riesgos de seguridad, adaptarse a las diferencias culturales, tener acceso a una base de suministro competente, asegurar una producción competitiva en costos y disponibilidad de recursos clave.

Si bien México enfrenta desafíos que pasan por las preocupaciones sobre seguridad, narcotráfico y corrupción, entre otras, en general es una opción atractiva para el nearshoring con un acceso casi inigualable a los mercados estadounidenses.

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