Sonya Santos

21 de mayo: Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo

En México, la diversidad cultural se refleja en su gastronomía, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, asegura Sonya Santos.

Cada 21 de mayo se celebra el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, una fecha proclamada por la UNESCO en el año 2002 con el objetivo de reconocer la importancia de la diversidad cultural como motor de desarrollo social, económico e intelectual. En un mundo cada vez más globalizado, la diversidad cultural se convierte en un pilar fundamental para construir sociedades inclusivas y equitativas, donde el diálogo intercultural favorece el entendimiento mutuo y el respeto por las diferencias.

¿Qué es la diversidad cultural? Es el conjunto de expresiones culturales de los distintos grupos humanos, manifestadas a través de lenguas, tradiciones, costumbres, creencias, arte, música y, por supuesto, gastronomía. Esta pluralidad refleja la riqueza de la humanidad y constituye un recurso esencial para el desarrollo sostenible y la paz social. Reconocer y respetar esta diversidad es fundamental para promover el entendimiento mutuo y construir sociedades más cohesionadas.

Uno de los ámbitos en los que la diversidad cultural se manifiesta de manera más vibrante es la gastronomía. Los sabores, ingredientes y tradiciones culinarias de cada región cuentan historias de migración, adaptación y mestizaje. Desde las técnicas milenarias de la cocina indígena hasta la fusión de sabores europeos, africanos y asiáticos que se dan cita en diversas cocinas del mundo, cada plato cuenta una historia. La comida trasciende lo puramente alimenticio y se convierte en un símbolo de identidad cultural, reflejando la historia y las prácticas sociales de cada comunidad.

En México, la diversidad cultural se refleja en su gastronomía, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Platos como el mole, los tamales o los tacos son resultado de un sincretismo cultural que integra raíces indígenas con influencias europeas, africanas y asiáticas. Esta fusión además de enriquecer la identidad gastronómica del país, también promueve la conversación y el entendimiento entre comunidades. Cada platillo lleva consigo una carga simbólica y emocional, pues muchos de ellos están ligados a celebraciones, rituales y tradiciones que fortalecen el sentido de pertenencia.

Alrededor del mundo, la gastronomía cuenta relatos de encuentros y fusiones culturales. La cocina mediterránea, por ejemplo, refleja el intercambio histórico entre Europa, Asia y África a través de ingredientes como el aceite de oliva, el trigo y las especias. La comida criolla en la región caribeña es otra muestra de esta diversidad, resultado del encuentro de culturas originarias, africanas, occidentales y orientales. Así, la gastronomía se convierte en una especie de archivo viviente que documenta la evolución de las sociedades.

En un mundo globalizado, la gastronomía permite el intercambio cultural y el fortalecimiento de la identidad. Las ferias gastronómicas, los festivales de cocina tradicional y los eventos internacionales son espacios donde se reconocen y celebran las raíces culturales a través de los sabores, fomentando la convivencia que permiten el reconocimiento mutuo de las tradiciones y la adaptación de nuevas prácticas culinarias.

El Día Mundial de la Diversidad Cultural es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de preservar y valorar las expresiones culturales. Apreciar un platillo tradicional va más allá del acto de comer, es reconocer el legado cultural que lo hace posible y el esfuerzo de quienes mantienen vivas las recetas ancestrales. Promover el consumo responsable y la preservación de los saberes culinarios es fundamental para garantizar la continuidad de la diversidad cultural en el ámbito gastronómico.

En esta fecha, celebremos la riqueza de nuestra diversidad cultural disfrutando de los sabores que nos unen y fortaleciendo el diálogo a través de la cocina. La mesa, como espacio de encuentro, puede ser el mejor escenario para reconocer que la diversidad nos enriquece, nos invita a reflexionar sobre nuestras raíces, nuestro futuro común, y por supuesto, fomentar el respeto y reconocimiento a través de una buena charla alrededor de la mesa.

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