Salvador Garcia Linan

Más dolor que vida III

Salvador García Liñán discutió con numerosos médicos, cirujanos, enfermeras y directores de hospitales sobre prolongar la vida de un enfermo a costa de sufrimientos innecesarios y estas son las opiniones de algunos de ellos.

"He discutido con numerosos médicos, cirujanos, enfermeras y directores de hospitales la tendencia a prolongar la vida de un enfermo a costa de sufrimientos innecesarios. Todos están de acuerdo en que el asunto es grave, pero pocos me autorizaron a mencionar sus nombres al comentarlo. 'Por discretos que seamos, lo probable es que se nos acuse de apoyar la eutanasia', dijo el rector de una escuela de medicina. Mencioné la distinción entre eutanasia y distanasia". "Estoy de acuerdo", dijo el rector. "Pero ¿acaso la mayor parte de la gente se da cuenta de la diferencia?"

"Los médicos tenemos en parte la culpa pues uno debe deducir que es obligatoria. En mi opinión, la mera prolongación de la vida en las circunstancias mencionadas parece ser relativamente inútil, y no veo razón valedera para afirmar que el paciente tiene obligación de someterse a ella".

"El Dr. Rynearson deduce que cuando los médicos, la familia, el paciente y su consejero espiritual están de acuerdo en que la lucha es inútil, el facultativo debe hacer cuanto pueda por aliviar los padecimientos innecesarios del enfermo, y no realizar esfuerzo alguno por prolongar su vida. Algunos dirán que yo me estoy tomando atribuciones de la Divina Providencia. Rechazo tal acusación. Creo, por el contrario, que en realidad es el propio médico que prolonga la vida con ayuda de medidas extraordinarias y dolorosas el que pretende reemplazar al Creador".

También sabía el Dr. Rynearson que alguien preguntaría: "¿Qué haría usted si eso le ocurriese a alguna persona de su familia?" Y su respuesta fue: "La desgracia de la cual hablo le ocurrió a un miembro de mi familia inmediata. Hicimos que la enferma se quedara en casa en su propio lecho, y nos esforzamos por aliviar sus padecimientos cuanto nos fue posible hasta que la muerte la liberó".

"Después de la aparición del trabajo del Dr. Rynearson, que fue recibido con general aprobación por sus colegas, hablé del problema con muchos especialistas en geriatría (medicina de la vejez). Les pregunté si en su opinión, las recomendaciones del Dr. Rynearson se aplicaban solamente a los enfermos de cáncer, o si también abarcaban a los que padecían otras enfermedades crónicas e incurables propias de la edad avanzada". (Continuará).

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