De todas las actuaciones de la 4T, la más perversa es el desmantelamiento del Poder Judicial. Ya no habrá un poder autónomo e independiente en sus criterios para impartir justicia en México. Tampoco para el apego al marco constitucional, el cual también es cambiado a voluntad de Morena, sin considerar a las oposiciones, los expertos o a los afectados. Aunque no se reconozca, esta reforma inhibe la inversión, influye en la mayor baja del crecimiento -que Banxico estableció ya en 0.6 por ciento- y afecta las fuentes de empleo, de por si insuficientes, a las que se une la demanda de los jóvenes sin grandes posibilidades de éxito.
Cierto que la economía informal es una salida, pero también en ese sector caerá el consumo. Las ayudas sociales mantienen la masa monetaria que amortigua estos efectos, pero la amenaza al debilitamiento de las finanzas públicas pone en peligro esta política que no combate la pobreza, inmoviliza a los beneficiarios en busca de empleo y desarrollo. Vivimos del gasto público, cada vez más exiguo.
La tómbola, la elección de jueces, magistrados y ministros es una farsa. Los contendientes son propuestas de Morena, así que vote como vote -si piensa votar- el resultado es el mismo. Serán electos aquellos que sean votados por las estructuras de Morena. En realidad, no elegiremos a nadie. Ya están listos los mecanismos para quienes serán electos. Y con o sin experiencia o conocimientos, sabrán seguir las consignas.
El narco está de plácemes. Quizá muchos juzgadores sean propuestas del crimen organizado. Pero si no, será más fácil comprarlos y amenazarlos para que emitan las sentencias correspondientes a sus intereses.
Algunos empresarios, acostumbrados a manejarse sin ortodoxia, piensan que será más fácil tener fallos a favor comprando jueces o magistrados, que contratando costosos despachos jurídicos. En general el litigio se ve acabado, varios abogados a la calle.
Todo el proceso ha estado cargado de irregularidades. No se trata de una elección democrática, transparente o al menos creíble. Habrá sufragio desigual, porque la estructura judicial nunca ha sido considerada en términos de representación, sino de impartición de justicia. Por tanto, varía el número de jueces y magistrados en cada circuito. El INE dividió la elección en 32 circuitos, inventaron así circuitos judiciales electorales. El número de votantes no importa. El INE va a sortear las materias judiciales por las que se podrá votar. Usted puede o no votar por determinadas materias.
Así pues, no hay voto universal, el derecho a votar y ser votado está acotado según decida el INE. Las listas elaboradas por los tres poderes de la Unión son un desastre, se cambian listas, aparecen y desaparecen nombres que no necesariamente valoraron los comités de selección. O sea, muchos no fueron evaluados. Nadie sabe a ciencia cierta quiénes son los postulados, pues no presentaron CURP, clave de elector, correo, en fin, si son homónimos o no, solo alguien que formuló las listas lo sabrá. El árbitro electoral lo desconoce. Difícil que pueda dar seguimiento al gasto electoral.
Si bien en un principio la SCJN integró el Comité de Evaluación que analizaría los perfiles, por orden judicial suspendió sus labores. La Corte fue recriminada por esta decisión, pues en materia electoral, aseguró el TEPJF, no proceden los amparos. Tras resolución del TEPJF, esta función de seleccionar perfiles se pasó al Senado, y éste no evaluó candidaturas, sino que realizó una tómbola -método que Morena utiliza mucho- con cerca de unos mil aspirantes seleccionados en una primera etapa por la Corte.
La elección se hará con varias singularidades. Primero, no habrá casillas en todo el territorio nacional. Segundo, solo habrá dos urnas, una para lo federal, y otra para lo local. Cuando los distritos judiciales electorales son compartidos por varias entidades, el INE ha establecido los cargos que cada ciudadano puede realizar. Los funcionarios de casilla no harán cómputo y escrutinio de los votos, solo los agruparán y clasificarán según corresponda. Los cómputos finales se harán en distritos electorales y los resultados se tendrán en 12 días.
También se elegirá a los integrantes del Tribunal de Disciplina Judicial, que sustituye al Consejo de la Judicatura, con nuevas funciones. Es la instancia a donde los juzgadores irán a dar si existen acusaciones en su contra y podrán ser destituidos, sin presentar una defensa adecuada. Es decir, se violan derechos humanos. Pero se tendrá la disciplina que busca Morena y Claudia Sheinbaum para cumplir las órdenes sobre las resoluciones a emitir.
Es por todo lo expuesto que yo no asistiré a votar; por desconocer a los candidatos, que prácticamente son en su mayoría morenistas, y además porque no puedo convalidar una decisión que prácticamente acaba con uno de los poderes de la Unión. Y no solo eso, que termina con la justicia, permitirá abusos y despojos, no habrá certeza jurídica e imperará la ley del más fuerte.