Barómetro Financiero

Viene el aumento de las tasas

 

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Si bien el Banco de México mantuvo sin cambios la tasa de interés de política monetaria en su reunión de la semana pasada, dejó abierta la puerta para poder hacerlo en cualquier momento ante el incrementado riesgo de inestabilidad financiera interna asociada a la depreciación del tipo de cambio. En tal sentido, reconoció que el principal riesgo que enfrenta la inflación en el país es que "persista la depreciación reciente de la moneda nacional o se acentúe", toda vez que podría afectar a la inflación y las expectativas inflacionarias.

Al parecer el banco cambió el énfasis observado en el comunicado anterior (diciembre de 2015), mismo que trataba de ligar un posible aumento de las tasas internas de interés a la política monetaria del FED estadounidense, para asociarlo ahora al comportamiento del tipo de cambio, independientemente de lo que haga el banco central de ese país. Reconoce que el peso no sólo se ha depreciado adicionalmente, sino que desde la última reunión a la de la semana pasada lo ha hecho de manera "significativa". Igualmente, acepta, aunque de manera implícita, que dicha depreciación ha sido desordenada y que tiene fundamentos internos, relacionados principalmente con el déficit fiscal y con el deterioro de la situación financiera de Pemex. Prueba de ello es que el peso mexicano ha sido una de las monedas que más se ha depreciado en el mundo durante lo que va del presente año.

A diferencia del comunicado anterior, cuando el Banco de México se limitó a recomendar que había que "perseverar" en los esfuerzos de consolidación fiscal, ahora señaló directamente que es necesario "llevar a cabo los ajustes requeridos en las finanzas públicas, incluyendo a Pemex, para absorber el choque a los ingresos públicos que ha representado la caída y el deterioro de las perspectivas del precio del petróleo".

Este cambio de lenguaje se explica no sólo porque el banco cree que las finanzas públicas son fuente de la inestabilidad adicional del tipo de cambio, sino también porque todo parece indicar que la secretaría de Hacienda no está haciendo los esfuerzos suficientes para logar la consolidación fiscal.

Al respecto, cabe mencionar que de acuerdo al reporte de las finanzas públicas de 2015, el gasto público en dicho año no sólo aumentó con respecto a 2014 (5.2% real), sino que además se ubicó 4.2% real por encima de lo programado, lo cual contrasta con la intención de recortarlo drásticamente conforme a lo anunciado en enero de dicho año. A consecuencia de lo anterior, el gasto público ascendió de 26.4% del PIB en 2014 a 26.9% en 2015, cuando la secretaría de Hacienda había programado reducirlo a 25.7%.

A consecuencia de lo anterior, la deuda pública al cierre de 2015, medida a través del saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (SHRFSP), pasó de un estimado de 43.3% del PIB según los Criterios Generales de Política Económica de 2015 y de 46.9% según los Criterios de 2016 a 48.0% de acuerdo a nuestras estimaciones del PIB de 2015, aunque esta cifra podría bajar ligeramente cuando se conozca la cifra definitiva del PIB.

Este saldo contiene los 50,000 millones de pesos que asumió el gobierno como parte de las obligaciones de pago de pensiones y jubilaciones de PEMEX.

La mención que por segunda ocasión hace el Banco de México a Pemex probablemente tiene que ver con el anuncio de la secretaría de Hacienda de re-capitalizar a la empresa, pero en el entendido de que debe hacerse previo ajuste operativo y financiero de ella. De lo contrario, habrá que observar con cuidado la evolución de la calificación de la deuda soberana mexicana.

Finalmente, en vista de que se han venido materializando los riesgos para la inflación que ha anticipado el banco central, no deja de llamar la atención que todavía muestre cauto para actuar: en la reunión de diciembre de 2015 el banco señaló que aumentó en un cuarto de punto porcentual la tasa de interés de referencia, a la par que el FED estadounidense, para evitar una depreciación adicional del tipo de cambio que fuera desordenada y afectara las expectativas inflacionarias. Como se recordará, esta afirmación se hizo cuando el tipo de cambio estaba en 16.94 pesos por dólar. Hoy está en 18.47 pesos por dólar y el banco afirma ahora que el principal riesgo para la inflación es que persista dicha depreciación o que se acentúe.

Al juzgar por las declaraciones del gobernador del Banco de México de que el peso está sobre reaccionado, cabría esperar que el mercado corrija dicha sobre reacción, aunque el comportamiento del mercado en los últimos días muestra que el peso se niega a apreciarse. Por ello no descartamos incrementos en las tasas internas de interés, incluso fuera de calendario.

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