A principios del mes pasado expusimos en este espacio que no sólo se debatía la permanencia de Jerome Powell al frente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) hasta mayo de 2026, mes en el que vence su mandato. También se expuso la posibilidad de que el Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC), órgano encargado de las decisiones de política monetaria dentro del banco central norteamericano, podría perfilarse hacia una postura más flexible y eventualmente cumplir uno de los deseos más vehementes del presidente Donald Trump: el descenso en las tasas de interés en Estados Unidos.
El miércoles pasado, el FOMC votó a favor de mantener el intervalo objetivo de la tasa de interés de referencia en [4.25%-4.50%]. La decisión no fue unánime. Dos miembros de la Junta de Gobernadores de la FED, Christopher Waller y Michelle Bowman, votaron a favor de reducir la tasa de referencia en 25 puntos base, hecho no registrado desde 1993. Adicionalmente, Adriana Kugler, también integrante de la Junta de Gobernadores, se ausentó y no votó. Dos días después, Kugler presentó su renuncia, efectiva a partir del 8 de agosto, al presidente Donald Trump. Este movimiento le dará oportunidad al presidente de nombrar a un reemplazo que pudiera adoptar una postura más flexible en lo que respecta a decisiones de política monetaria.
Más que nada, el Departamento del Trabajo de Estados Unidos no sólo reportó una expansión de apenas 73 mil plazas en la nómina no agrícola de julio (contra una expectativa de más de 100 mil). El organismo sorprendió con una fuerte revisión a la baja en las cifras de mayo y junio por un total de 258 mil plazas. El ajuste generó cambios importantes en el mercado.
El primer cambio fue el cese inmediato de la comisionada de Estadísticas Laborales del Departamento del Trabajo por instrucción del presidente Donald Trump. De acuerdo con el mandatario, la funcionaria pública, nominada por el expresidente Joe Biden y ratificada por el Senado, habría manipulado las cifras al reportar fuertes revisiones al alza antes de las elecciones para supuestamente favorecer al candidato demócrata, mientras que ahora reporta una fuerte revisión a la baja “para perjudicar” el trabajo que ha hecho la actual administración para impulsar el crecimiento de la economía de Estados Unidos.
Otro cambio se relaciona con las expectativas del mercado. La publicación correcta de las cifras de nómina no agrícola desde hace un par de meses pudo haber motivado a otros miembros del FOMC, además de Waller y Bowman, a votar por una baja en la tasa de referencia en la reunión de julio, o al menos inclinarse por esta opción de manera más contundente. Simple y sencillamente, porque la economía de Estados Unidos probablemente se frena más de lo previsto y porque la FED tiene que anticiparse a un ciclo de menor crecimiento (o incluso una caída de la actividad) antes de que sea demasiado tarde.
En otras palabras, si las cifras de empleo se hubieran publicado de manera más acertada, no se descarta que la decisión de mantener la tasa de referencia en el intervalo [4.25%-4.50%] en la pasada reunión de julio hubiera sido más cerrada, y no por una clara diferencia de nueve votos contra dos.
Uno de los motivos por los cuales la nómina no agrícola se revisa de forma tan significativa se relaciona con la oportunidad de la información. Las empresas más grandes cuentan con capacidad y recursos suficientes para reportar sus cifras más rápido que las empresas de menor tamaño. Asimismo, poco más de 50% de las empresas norteamericanas participan en la encuesta, contra 80% hace una década. Además, los factores estacionales, cuestiones fiscales y otros elementos influyen en la revisión de las cifras. En ningún momento debería considerarse que una funcionaria pública con el reconocimiento y trayectoria de la excomisionada de estadísticas laborales que acaba de ser cesada alteraría las cifras para favorecer una u otra corriente política.
Como sea, el perfilamiento de una nueva FED se ve más cercano. No sólo porque continúa la presión para que al organismo central baje su tasa, pero también porque se abre la posibilidad de incorporar a un nuevo integrante más alineado a un recorte en la tasa y, sobre todo, porque la economía se frena más rápido de lo que se había estimado anteriormente. Bajar la tasa muy tarde podría traer serias implicaciones para el crecimiento económico. La FED debe anticiparse a tiempo.