Estrictamente Personal

Pleitos entre presidentes

El pleito entre Claudia Sheinbaum y Ernesto Zedillo puede resultar muy ilustrativo por los datos que surjan, y por algunos protagonistas, comenta Raymundo Riva Palacio.

Esta semana terminará con el pleito entre presidentes: una activa, Claudia Sheinbaum, y otro que, durante casi todos los 25 años desde que dejó la Presidencia, Ernesto Zedillo, había sido mudo en cualquier tema mexicano. Comenzó en un momento en el que Sheinbaum necesitaba un distractor de las crecientes críticas a su ley de telecomunicaciones por vulnerar libertades, cuando Zedillo publicó un ensayo en la revista Letras Libres donde renovaba sus críticas a la reforma judicial, que intitulaba “México: de la democracia a la tiranía”.

El texto, como él mismo señala, se basaba en un discurso que pronunció en septiembre del año pasado durante la conferencia anual de la International Bar Association, reunida en la Ciudad de México, donde reaccionó a los argumentos de que la nueva reforma corregiría la que había realizado Zedillo en 1994 que, alegaban, no había llevado a una mejor justicia, sino a la construcción de un sistema de privilegios. El ensayo actualiza aquel documento, leído mientras se terminaba de aprobar la reforma judicial en los congresos estatales, donde pasó del intento de “transformar nuestra democracia en tiranía” a describir el tránsito de la democracia mexicana, de la que se asume parte central, a una autocracia.

No hay diferencias de fondo entre los dos textos, pero la reacción fue diferente. Quizás porque Sheinbaum aún no era presidenta, o porque esta semana necesitaba de una figura sobre la cual descargar su arsenal retórico para cambiar la conversación pública, que le estaba resultando negativa. La forma como lo hizo Sheinbaum siguió el manual de su mentor, Andrés Manuel López Obrador, sin ir al fondo del tema, navegar superficialmente y descalificar a la persona, y referirse con sorna incluso, al decir despectivamente: “Ahora resulta que es un paladín de la democracia”.

Sheinbaum, copiando el modus operandi de su predecesor, actuó vengativa. Al día siguiente, dijo, darían a conocer en la mañanera lo que había sido Fobaproa, el Fondo de Protección al Ahorro Bancario creado por el expresidente Carlos Salinas en 1990 como un fondo de contingencia, para sintetizar lo que hizo Zedillo un lustro después, el rescate bancario para impedir una crisis en el sistema de pago, y un programa de apoyo hipotecario para las clases medias. Nunca entró al detalle en la semana de lo que fue aquello, y se quedó en la retórica vindicativa a través de la semiótica. Lo que no esperaba, y posiblemente muy pocas personas lo vieron venir, es que Zedillo no se quedara callado y le respondiera casi de forma inmediata. Al hacerlo, abrió la posibilidad, no sólo de la revisión histórica de la crisis financiera de 1994-1995, sino de ponerla como espejo de la política económica de López Obrador.

“La presidenta Sheinbaum sigue incurriendo en calumnias e insultos para evitar enfrentar su grave responsabilidad como cómplice de la muerte de la democracia mexicana (la reforma judicial) y la construcción de un estado policial (la militarización de la seguridad pública) con el que, más pronto que tarde, los mexicanos que no acepten el nuevo régimen de tiranía con partido hegemónico como en los viejos tiempos, serán silenciados y reprimidos”, reviró el miércoles. “Trata de anular a un mensajero de la noticia de la muerte de nuestra democracia –un servidor–, suponiendo que así distraerá la atención de las felonías contra la democracia cometidas por López Obrador, su partido y demás cómplices”.

Zedillo rompió tejido nervioso del régimen con una serie de preguntas que respondían a señalamientos de Sheinbaum:

*Ante el cuestionamiento que hizo la presidenta de su pensión en el Banco de México, Zedillo le demandó que aclare con todo detalle el fundamento jurídico y el costo de los “enormes beneficios” de los que goza López Obrador en su “simulado retiro” con cargo al erario. No abundó en esos “enormes beneficios” a los que se refirió, aunque en este espacio se ha mencionado que mantiene el sistema de comunicación que tenía como Presidente. En lo político, Zedillo afirma que López Obrador sigue operando en este sexenio –un poder bicéfalo en Palacio Nacional–.

*Pidió que, así como se hizo con el rescate del sistema bancario, vea que se realicen auditorías independientes y profesionales de la destrucción del aeropuerto de Texcoco a medio terminar, de la refinería de Dos Bocas y del Tren Maya. “Se debe saber cuánto costaron y qué beneficios se perdieron con esos caprichos de López Obrador”, subrayó. Sheinbaum respondió ayer a través de Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, que negó que hubiera existido una auditoría de Fobaproa. No aportó más pruebas que su palabra. Y de las auditorías a los megaproyectos obradoristas, ni una palabra.

*Zedillo le preguntó qué haría ella de enfrentar el riesgo de quiebra del sistema bancario y con ello la economía del país. Sheinbaum no respondió qué habría hecho, pero dijo que en Estados Unidos el presidente Barack Obama resolvió una crisis bancaria “quedándose” con partes de los bancos y después venderlos. Obama, sin embargo, no hizo lo que dijo Sheinbaum. Dejó que quebraran tres bancos, empezando por Lehman Brothers, e invirtió 787 mil millones de dólares para rescatar industrias afectadas por la crisis financiera que detonó, en la compra de acciones en industrias afectadas, como General Motors y la aseguradora AIG. 

El pleito entre presidentes puede resultar muy ilustrativo por los datos que surjan, y por algunos protagonistas. Por ejemplo:

*El endeudamiento en el gobierno de López Obrador fue 1.6 veces superior a Fobaproa, y el gobierno de Zedillo creció 3%, mientras que el del expresidente fue menor a un punto.

*El rescate fue supervisado desde la Comisión Nacional Bancaria y de Valores por Patricia Armendáriz, la diputada de Morena, y entre los diputados que votaron a favor de Fobaproa estuvo Ignacio Mier, vicecoordinador de Morena en el Senado.

*Arturo Zaldívar, autor de la reforma judicial, litigó para que uno de los grandes bancos fuera rescatado, aunque por su tamaño, no debía haber sucedido.

*Varios grupos empresariales rescatados financiaron las campañas presidenciales de López Obrador y de Sheinbaum. Y otro es propiedad del padre de Altagracia Gómez, la íntima amiga de la presidenta.

Revivir Fobaproa por pasión sin información, puede revertírsele a Sheinbaum.

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