La edad no es un impedimento para estar vigente y con más vitalidad que nunca. Hoy cumple 66 años y, ligeramente recostada, con la mirada dirigida al sur, solo necesita un tenue rayo de luz al amanecer para que diminutas partículas penetren en ella, excitándola, y entonces ocurra el milagro del génesis, que automáticamente hará fluir una estimulante corriente eléctrica a través de su delicado y frágil cuerpo cristalino, y, con la tensión en aumento, será capaz de brindar energía suficiente para satisfacer muchas de las necesidades de los seres humanos de hoy, en todo el planeta.
Y no vayan ustedes a creer que estoy intentando hacer la tarea encargada en un taller de literatura erótica, simplemente celebro con mucha emoción y alegría el cumpleaños número 66 de la célula solar fotovoltaica. Algunos científicos ya se habían adjudicado el hito de la creación de prototipos de células solares que podían generar un flujo de electrones a partir de ser expuestas a la radiación electromagnética (luz), utilizando principalmente el selenio, un material fotosensible. Sin embargo, fue el 25 de abril de 1954 que los Laboratorios Bell anunciaron la creación de la primera celda solar práctica, elaborada a base de cristales de silicio, un material que los físicos Daryl Chapin, Calvin Souther Fuller y Gerald Pearson encontraron que podía ser mas eficiente que el selenio en eso de convertir en energía eléctrica la luz solar.
Aquella celda fue la primera en la historia que realmente pudo alimentar de electricidad a un dispositivo, para hacerlo funcionar durante varias horas al día. La eficiencia que se obtuvo fue de un 6 por ciento. Al registrar este suceso, el New York Times pronosticó que las células solares finalmente servirían para obtener una fuente de energía ilimitada procedente del sol, y no se equivocaron, eso es algo que hoy se está transformando en una luminosa realidad, en cada rincón del planeta.
Mucho se ha avanzado en investigación y desarrollo desde aquel momento, pero aún hoy continua utilizándose el mismo principio físico. Las celdas solares con las cuales se arma un panel o módulo fotovoltaico están formadas de cristales de silicio. La luz está compuesta de fotones, que son las partículas más elementales y están cargadas de energía. Cuando un fotón impacta los átomos del silicio, se liberan electrones debido a esa energía, y entonces empiezan a fluir, y eso es precisamente lo que es la electricidad o corriente eléctrica, un flujo continuo de electrones.
Hoy, esa 'chica sexy' celebra sus primeros 66 años de vida, y lo hace como Dios manda, con alegría, bailando y brillando en cada azotea, en cada hogar, en cada negocio, en las industrias, en cada terreno donde un panel solar esté instalado por todo el mundo, dejando constancia de su vocación, y renovando el compromiso con su destino, que es proveer de energía limpia y abundante a toda la humanidad, al mismo tiempo que la libera de las emisiones contaminantes que amenazan su existencia.