Vicepresidente de Sophos en Latinoamérica

Covid-19 y la era de la ciberseguridad bajo demanda

La ciberseguridad desde el ‘todo como servicio’ tiene el potencial para ofrecer la protección más avanzada sin necesidad de hacer una inversión extraordinaria.

La transformación digital de las empresas actualmente es un proceso que, si bien no es nuevo, ha evolucionado con el paso de los años. Ejemplo de ello es la forma en la que las compañías adquieren sus soluciones tecnológicas con el fin de solucionar su necesidad de evolucionar, misma que se incrementó tras la aparición del Covid-19.

Una clara muestra de esa evolución en la adopción de tecnología es la adquisición de soluciones on demand y del 'Everything as a service' (conocido como XaaS), que ha tomado impulso derivado de los desafíos e implicaciones económicas que la pandemia generó. Con la tecnología bajo demanda, las empresas ya no necesitan hacer un gasto elevado para comprar una licencia completa y tener acceso a soluciones, sino que pueden adquirirlo como un servicio basado en la nube mediante una suscripción mensual.

La ciberseguridad no es ajena a esa modalidad bajo demanda y de hecho le representa diversas ventajas. La seguridad cibernética on demand se adapta de manera constante a las necesidades de un cliente, desde nuevas amenazas, así como la gestión y escalabilidad de una solución.

Esta modalidad cobra relevancia si consideramos que el Covid-19 ha cambiado radicalmente la manera en la que las personas trabajan; por ejemplo, pensemos en una firma que actualmente tiene a cientos de sus empleados trabajando de manera remota. Si ese número de personas en home office se reduce a la mitad el mes siguiente, entonces no necesitará la misma cantidad de licencias de software contratado para esos usuarios y sería ilógico pagar por ellas. Es ahí en donde contratar este tipo de tecnología bajo demanda se vuelve lo más óptimo, ya que mes con mes se puede adaptar a nuevos escenarios y el cliente solo pagará por lo que realmente utiliza.

Cabe mencionar que, de acuerdo con datos de Canalys publicados en 2018, la ciberseguridad on demand tuvo un crecimiento de 21 por ciento comparado con servicios bajo licencia tradicionales, lo que hizo que este mercado alcanzará un valor de 4 mil millones de dólares.

Otro aspecto que hace conveniente al 'Security as a service' es el grado de inversión. Quizá muchas empresas en este momento no pueden costear una licencia anual, pero sí un servicio bajo un tipo de suscripción mensual que les ayudará a no descuidar la seguridad cibernética sin la necesidad de una inversión de mayor tamaño. De hecho, de acuerdo con una encuesta de Deloitte, el 38 por ciento de los líderes de TI del mundo ven como principal beneficio de la tecnología como servicio de suscripción la reducción de costos que ésta implica.

De esta forma, la seguridad bajo servicio implica una reducción significativa de costos, que le permite tanto a la Pyme como al gran corporativo adaptar sus presupuestos actuales sin descuidar su seguridad y la información de sus clientes. Además, contratan el servicio durante el tiempo que lo requieren y de acuerdo a sus necesidades particulares.

La ciberseguridad desde el 'todo como servicio' tiene el potencial para ofrecer los servicios de protección más avanzados sin necesidad de hacer una inversión extraordinaria. Además, destaca la posibilidad de implementar una solución sin tener que instalar, operar, mantener y actualizar ningún componente de hardware o software, así como la gestión integral de plataformas desde un sistema unificado.

De acuerdo con Deloitte, obtener ciberseguridad como servicio reduce el costo que las empresas pagan por el transporte de los datos de su tráfico web hasta en un 80 por ciento y provee una disponibilidad de protección para esa información de 99.99 por ciento.

Las empresas, como los clientes y consumidores, están cambiando el sentido de propiedad de los productos al de servicio accesible y rápido, en todos los sectores. Por ello, ofrecer ese acceso a la tecnología bajo demanda beneficiará tanto al consumidor final como a aquella empresa que lo provee.

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