Mexicanos Primero

No todo son rankings: desmitificando la prueba PISA

Una constante en las noticias sobre la participación de México en la prueba PISA ha sido señalar que los puntajes obtenidos por los estudiantes mexicanos son los más bajos de los países miembros de la OCDE.

En el último año, ha estado constantemente en los medios de comunicación el tema de la prueba PISA. Ya es casi del dominio público que se trata de una evaluación estandarizada que se aplica a los estudiantes de 15 años para medir cómo usan sus conocimientos sobre matemáticas, lectura y ciencias, en la resolución de problemas. También es ya ampliamente conocido que México, como país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha participado en la prueba desde el año 2000, y que en este año nuevamente se realizará la evaluación en nuestro país.

Una constante en las noticias sobre la participación de México en la prueba PISA ha sido señalar que los puntajes obtenidos por los estudiantes mexicanos son los más bajos de los países miembros de la OCDE, o que nuestro país se ubica en los últimos lugares entre todos los países participantes. Se habla de retrocesos en la educación o se suele decir que la educación en México “está reprobada” en la prueba PISA. Pero ¿es esta toda la información que nos puede dar la evaluación? Por supuesto que no, en esta, como en otras pruebas estandarizadas que se aplican alrededor del mundo, podemos obtener información sumamente valiosa sobre los contextos escolares, la situación de las y los alumnos y sus familias, así como introducir la evaluación de dominios innovadores que miden la forma en la que las y los estudiantes se están adaptando a las dinámicas del siglo XXI.

En PISA 2022, además de los dominios clásicos, se introdujo la evaluación de pensamiento creativo para examinar la capacidad de los estudiantes para generar ideas diversas y originales, y para evaluarlas y mejorarlas en una variedad de contextos; esto no se midió a partir de preguntas de opción múltiple con una sola respuesta correcta, se trató de tareas abiertas de comunicación y resolución de problemas en los campos de: expresión escrita, expresión visual, resolución de problemas sociales y resolución de problemas científicos. Esta información va más allá de lo que los estudiantes pueden hacer en la escuela, nos habla de sus capacidades para adaptarse a un mundo que cambia constantemente y que cada vez evoluciona más rápido.

¿Y cómo le fue a México en la evaluación de pensamiento creativo? El resultado promedio que obtuvieron los estudiantes de nuestro país fue de 29 puntos en una escala de 1 a 60, lo que quiere decir que nos quedamos a la mitad. Sin embargo, los resultados superan lo esperado con base en su desempeño en matemáticas y lectura. Esto quiere decir que las niñas y los niños mexicanos son creativos y pueden resolver problemas a pesar de que no les fue tan bien en los dominios tradicionales. Quizá otra forma de decir esto es que los mexicanos son creativos a pesar de la escuela y no gracias a ella, lo cual nos lleva a preocuparnos aún más por la calidad de la educación que se está impartiendo en nuestro país.

En Mexicanos Primero tenemos claro que no toda la información que proporciona PISA son rankings, no se trata solamente de estar en el primero o en el último lugar, no todo lo que nos dicen los resultados son malas noticias. Se trata sobre todo de analizar estas relaciones, entender cómo las características de los estudiantes mexicanos nos pueden orientar para la mejora de nuestro sistema educativo. Desmitifiquemos a las pruebas estandarizadas y comprendamos que es mejor tener datos, tener información y ser constantes en su uso y levantamiento. En PISA 2025, se medirá la capacidad de los estudiantes para aprender en el mundo digital, esto nos dará mucha información para orientar las políticas educativas hacia una verdadera garantía del derecho a aprender.

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