Gestión de Negocios

¿Qué destinos sustituirán los eventos programados en Acapulco?

Tras ‘Otis’, ¿qué destinos resultan factibles para las empresas que pretendían reunir grupos en esa latitud?”

No era el destino más demandado. Tampoco el que más le gustara a los asistentes. Pero sí resultaba práctico poder tener un evento en el clúster que Mundo Imperial fue integrando con obras, adquisiciones y el rebrandeo a Riviera Acapulco.

Manejar o volar a la zona conocida como Punta Diamante, sin tener que pisar la bahía clásica, ni tocar el centro, se convirtió en hábito para muchos en el mundo corporativo. In & outs rápidos para los temerosos o estancias extendidas en condominios muy vigilados eran opcionalidad habitual ante la plena conciencia de los problemas de inseguridad en Guerrero.

Expos grandes que usaran el centro de exposiciones privado o eventos corporativos medianos que pudieran caber en el Princess Mundo Imperial (o en el Dreams), tenían la viabilidad de ocurrir en propiedades relativamente confinadas.

Tras Otis, ¿qué destinos resultan factibles para las empresas que pretendían reunir grupos en esa latitud? Aquí 3 ideas para la reflexión:

1) CDMX es la sustitución práctica.- Es tanta la infraestructura de recintos, hoteles, conectividad y todo tipo de opciones de entretenimiento, que es la ciudad óptima para quien no pueda o quiera alterar su fecha objetivo.

No tiene playa pero tiene absolutamente todo lo demás para lograr que nadie la extrañe. Y es ‘la’ alternativa para los eventos grandes.

2) Oaxaca es tradición que ofrece novedad.- Su conectividad es equivalente o mayor a ACA y tiene opciones de playa aunque, aquí entre usted y yo, la ciudad no tiene desperdicio.

Es el estado idóneo para eventos de tamaño chico y mediano con infraestructura para distintos gustos y niveles de presupuesto.

3) Y Zacatecas debe estar en el radar.- Es la ciudad capital que circunstancialmente ofrece altísima disponibilidad en toda su capacidad de Centro de Convenciones, hoteles y múltiples opciones de museos. Sus espacios culturales pasan la prueba de los criterios más exigentes.

Nadie que estuviera dispuesto a ir a Acapulco puede argumentar temor por viajar esa capital que —si no te mueves de su centro histórico—sólo tiene el riesgo de que te quieras quedar.

México es un país que no tendrá problema en digerir todos los eventos agendados en Acapulco que estarán imposibilitados en muchos meses o, por lo menos, cuestionados a tal punto que sus anfitriones no quieran correr el riesgo de una infactibilidad de último momento.

Pero los organizadores tendrán que decidir rápido entre nuevas alternativas que puedan poner sobre su escritorio porque muchos destinos tienen, o precios mucho más altos que Guerrero o reservas confirmadas con tanta anticipación que dejan poco espacio para actividades short notice.

Y entre que muchos deciden qué hacer con sus reuniones, la promoción dirigida de destinos con capacidad equivalente debe intensificarse con inteligencia y arrojo. Bien dicen los que saben que los problemas de unos son oportunidades para otros.

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