Finalmente, el dato oportuno del PIB reportó, como comentamos aquí, un crecimiento pequeño, pero crecimiento al fin: 0.2%. Su causa, decíamos, tendría que ver con el ajuste que se realiza para quitar el impacto de un diferente número de días trabajados, o el comportamiento estacional de la producción y el consumo. Aunque eso es parte de la explicación, el factor más relevante, en la publicación de INEGI, fue el comportamiento del sector primario, que reporta un crecimiento excepcional, 6% en comparación anual, después de una caída considerable en el trimestre previo. Es un sector con alta variabilidad, y no sería raro que se confirme algo cercano a eso.
Sin embargo, 97% de la economía no está en el campo, sino en la industria y los servicios, de forma que eso nos interesa mucho más, y ahí es en donde debemos buscar la dinámica de la economía. En la industria tuvimos una contracción en el último trimestre del año, del orden de 2%. La cifra varía si usamos como referencia el PIB o el indicador global de actividad económica (IGAE), porque tienen una cobertura distinta. Para este trimestre, de acuerdo con el dato oportuno del PIB, la contracción sería un poco menor. Ya veremos cuando se publique el detalle, pero cabe mencionar que la parte de minería, que depende mucho de la producción de petróleo, sigue en caída acelerada, según el reporte trimestral de Pemex. Por cierto, ya no es posible dar seguimiento a la producción de crudo por campo, como lo habíamos hecho por años, porque la eliminación de la Comisión Nacional de Hidrocarburos nos dejó sin datos. Lo que crearon en su lugar no publica nada relevante, el sistema de información de la Secretaría de Energía nada más publica agregados, y Pemex hace lo que le da la gana, incluyendo con sus proveedores.
Si la dinámica es mejor en la industria durante el primer trimestre, puede deberse a construcción, que ya tuvo buen dato en febrero, pero por el ajuste estacional, o a manufacturas, que se ha beneficiado un poco de la presión que hubo para vender en Estados Unidos antes de la locura de los aranceles. Por cierto, también el miércoles decíamos que las importaciones de ese país crecieron de forma excepcional desde el triunfo de Trump. Bueno, pues fue tal el crecimiento, que el dato oportuno del PIB de ese país, en lugar de reportar un crecimiento de 3%, quedó en cero. Todo por esas importaciones adicionales.
Supongo que en el siguiente trimestre, que es el actual, ocurrirá lo contrario, conforme dejan de llegar envíos a Estados Unidos. Ya hay señales de menor actividad marítima en esa dirección, y es posible que lo mismo ocurra con nuestras exportaciones de autos, porque en marzo vendieron allá todo lo que tenían, supongo que por precauciones de los compradores, frente al alza potencial del precio.
En los servicios también hay una menor actividad en este primer trimestre del año, tanto con el PIB oportuno como con el dato del IGAE a febrero. En el caso del PIB, la reducción en el crecimiento es menor que la reportada con el índice, lo que puede indicar que hubo un repunte en marzo. Debido a que la Semana Santa cayó ahora en abril, ese repunte no podría explicarse con el ajuste estacional, así que tuvo que haber mayor actividad de verdad. No se me ocurre en qué sector, y habrá que esperar tres semanas para verlo. Tal vez la entrega, nuevamente, de dos bimestres de pensión haya provocado una recuperación en el consumo, que en los datos oportunos de INEGI no se veía.
En suma, sigue sin verse un panorama positivo en la economía, insisto, antes de que los efectos del desastre de Trump sean evidentes. No hay que confiarse.