Parteaguas

AMLO lo logró, finalmente creció Tabasco

En Tabasco hubieron unos 800 millones de dólares más para repartir el año pasado, respecto a lo que sus habitantes produjeron y cobraron en 2018.

El costo puede revisarse luego, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador corrigió en su tierra natal lo que su antecesor dejó torcido.

Después de casi cuatro años de mostrar números rojos, la economía creció en Tabasco.

El Inegi expuso que a un año de la llegada del presidente al cargo, ese estado se sumó a aquellos pocos que justamente al cierre de 2019, sí crecieron:

"En su comparación anual, los estados que sobresalieron por el crecimiento en su actividad económica fueron: Colima, Tabasco, Veracruz de Ignacio de la Llave, Tamaulipas, Ciudad de México, Sinaloa, Michoacán de Ocampo, Baja California, México y Jalisco en el cuarto trimestre de 2019", informó el instituto ayer.

Por el momento, no hablemos de la imprevista caída al cierre de 2019 en las economías de Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Sonora, Quintana Roo, Baja California Sur, Yucatán y otros 15 estados que se enfilaron desde diciembre hacia la recesión. Antes de que el Covid-19 tocara tierras nacionales.

Lo que cuenta hoy es Tabasco y esto requiere de un poco más de contexto.

Los 2.4 millones de habitantes de ese estado, ricos y pobres, en conjunto producen lo suficiente para cobrar unos 30 mil millones de dólares anuales.

Si fuese un país independiente, se compararía con la economía de Nepal o la de Zimbabue.

Su producción aumentó 2.7 por ciento en el cuarto trimestre del año, de acuerdo con un indicador publicado ayer llamado Índice Trimestral de Actividad Económica Estatal (ITAEE), del Inegi.

Eso significa que en ese estado hubieron unos 800 millones de dólares más para repartir el año pasado, respecto a lo que sus habitantes produjeron y cobraron en 2018.

Atención, hablamos de lo que factura un taquero más lo de una chef; el dueño de un hotel y la constructora que ustedes tengan en mente. Lo que cobran todos.

Si bien todas las actividades cuentan, de acuerdo con lo que dice el Inegi y las acciones del presidente, allá lo que realmente vale es trabajar en el petróleo. Todo lo demás es accesorio.

"Entre las principales actividades se encuentran: minería petrolera (52.4 por ciento); servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles (7.7 por ciento); fabricación de productos derivados del petróleo y carbón; industria química; industria del plástico y del hule (5.8 por ciento)", aclara la institución de estadística mexicana.

Y ese es siempre el problema con la economía tabasqueña. Si baja la inversión petrolera como la redujo el presidente Enrique Peña Nieto, su PIB cae 10 por ciento, como en 2018. Si regresa la ambición de instalar, digamos, una refinería, brilla de nuevo el Sol.

Pemex, para todo fin práctico, es la economía en esa entidad. Eso ayuda a entender las decisiones tomadas en Palacio Nacional.

Los vaivenes en Tabasco son permanentes debido a la inexistencia de fuertes empresas locales.

Por lo pronto, es hora de recoger la bonanza. Solo 11 meses acumulan los trabajos de construcción en Dos Bocas y los contratos comprometidos ya suman más de 7 mil millones de dólares que recibirán empresas como la coreana Samsung, la mexicana ICA-Fluor y la estadounidense KBR.

El presidente enfatizó que la contingencia de la pandemia por Covid-19 no debe detener estas obras administradas por la secretaria de Energía, Rocío Nahle.

Quedará para posterior análisis la rentabilidad para México y conveniencia de una inversión de ese tamaño. De lo que se trata en todo caso es de reactivar Tabasco y eso es una victoria para un mandatario procedente de esa entidad.

Director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.

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