Parteaguas

‘Ninguno de los principales empleos en 10 años requerirá un MBA’

Las habilidades generales de administración cambian aceleradamente y requieren ahora de talentos que quizás no incluyen todos los programas de maestrías de negocios.

¿Quién quiere estudiar un MBA? ¿Se acuerdan de lo que es un MBA?

Hasta la década pasada un MBA fue un boleto a la gloria, a las mejores entrevistas de trabajo y posiblemente, a la riqueza por la vía de un fondo de capital, por ejemplo. Pero ahora cada vez menos gente está interesada en eso.

Primero hay que explicarlo. Es una maestría en administración de empresas, un programa de posgrado diseñado para dotar a las personas de una sólida base gerencial y de negocios. Alguien con esa preparación suele ofrecer una gama de beneficios a las empresas. En teoría, las hace más hábiles y provoca su crecimiento.

Si buscan información en Google, encontrarán solamente la descripción de virtudes… redactadas por las mismas universidades que venden los caros programas de MBA. Harvard, incluida.

Dicho lo anterior, comprenderán mi sorpresa al leer lo que dicen quienes mueven la economía de verdad y no solamente la académica:

“La Maestría en Administración de Empresas fue la Maestría más otorgada durante la última década. Sin embargo, ninguno de los principales empleos proyectados para los próximos 10 años requerirá un MBA”. ¿La fuente? La más poderosa organización empresarial del mundo: la US Chamber of Commerce, o bien, la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

Las armadoras de coches, las principales marcas de ropa, las de tecnología que llenan su smartphone de aplicaciones, participan ahí.

Su propósito es alertar a sus millonarios agremiados. Miembros de consejo y directivos o C suite level de grandes empresas norteamericanas, muchas de las cuales operan con oficinas regionales en México que emplean a medio mundo en avenida Paseo de la Reforma.

¿La US Chamber quiere decir que ya no son necesarios los maestros en negocios? No, advierten que ya no se los están peleando. Los principales empleos para graduados de una maestría tienen que ver con ayudar a la gente, en su salud física y mental. Eso no necesariamente requiere un MBA. La revista inglesa The Economist avisó desde 2017:

“En el mundo financiero (los MBA) están perdiendo su prestigio. Hasta hace poco, alrededor de la mitad de los graduados de la London Business School, por ejemplo, encontraban trabajo en una empresa financiera. Hoy menos de una cuarta parte lo hace. Esto se debe en parte a que, en lugar de pagar una prima por aquellos con una costosa educación en escuelas de negocios, muchos bancos ahora prefieren reclutar graduados más jóvenes que luego se abren camino en las filas (de la compañía)”.

Si bien esa publicación habla a británicos, principalmente, esa tendencia coincide con una reducción de aproximadamente un 30 por ciento en el número de búsquedas que hace al respecto gente de San Pedro Garza García, Polanco y Zapopan en México, las zonas más interesadas, de acuerdo con el registro de Google Trends.

No está clara la razón del declive en la demanda y en el interés por estudiar un MBA, pero las habilidades generales de administración cambian aceleradamente y requieren ahora de talentos que quizás no incluyen todos los programas de maestrías de negocios.

La misma US Chamber of Commerce detectó esas habilidades bienvenidas en los líderes de negocios, y éstas no necesariamente se adquieren en la academia.

¿Cuáles están en boga? Ya saben ustedes que el liderazgo, pero especialmente aquél con una influencia social. No es fácil retener al talento más joven. La inspiración es tan importante como el salario para los centennials nacidos en este siglo y, seamos francos, no todos estamos listos para inspirar.

Otras dos tienen que ver con tecnología, claro, para programarla, pero también para diseñarla. Aquí cabe el ejemplo de un Steve Jobs, un experto en caligrafía que diseñó lo que a la postre era construido por su amigo y genio, Steve Wozniak.

La otra: usarla. Pero no en el sentido que comprendían los antiguos gerentes, sino en la intención de monitorear y tener a la mano todos los indicadores vitales del equipo. Estar al tanto de todas las fuentes de información y de los equipos necesarios para obtener esos datos, responder a esos indicadores y mejorar constantemente su flujo.

Probablemente haya MBA que incluyan ahora todos esos elementos. En ese caso, conviene difundir sus nuevas características, o de plano cambiarle el nombre a esos programas.

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