Digamos que harán pasteles y quieren venderlos. ¿Abrirán una página en Facebook? ¿Cómo darán sus clientes con ustedes en internet?
Salvo que ustedes vivan en China o en un país de ermitaños, los encontrarán a través de herramientas de Google. Pero Google o Facebook no son internet.
La Cofece está al tanto y acaban de darle la autoridad para revisar qué tan bien se portan esas empresas con ustedes.
“En sus primeros días en Stanford, Larry y Sergey no planearon convertir su motor de búsqueda en el centro de cualquier compañía que estaban creando. Lo vieron como un proyecto escolar de investigación, nueva tecnología que podría encontrar exactamente los documentos correctos en la librería gigante del internet”, detalla el libro The Google Guys, de Richard L Brandt. Todavía no llegaba el año 2000. ¿En qué se convirtió después?
Casi todos tenemos una idea, pero las autoridades revisarán si acaso en sus actuales funciones existen prácticas de monopolio.
Eso no sería permitido y si acaso fuera cierto, las consecuencias podrían cambiar el negocio de todos.
Atención, es pronto para sacar conjeturas. Se trata también de empresas cuyos avances cambiaron la vida de la gente en el mundo. Si hoy los negocios trabajan más eficientemente y las escuelas que quieren hacerlo pueden enseñar mejor, es en buena medida gracias a Google o Facebook.
Pero los hechos son contundentes. Hace menos de un año, en octubre, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, presidido por Adolfo Cueva, publicó lo siguiente: “Autoridad Investigadora del IFT inicia investigación en los mercados de servicios de búsqueda en línea, redes sociales, sistemas operativos móviles y servicios de cómputo en la nube”.
¿Notaron la amplitud de la investigación? No los menciona por su nombre, pero la redacción permite pensar que no incluye solamente actividades de Google, sino de Facebook, Apple, Microsoft, Amazon y otros que entran entran en la bolsa.
¿Qué intenta encontrar la autoridad? Posibles barreras a la competencia, como una conducta que impida la entrada de nuevos competidores. También el control de insumos esenciales: servicios son imprescindibles para que las empresas puedan ofrecer sus bienes o servicios.
Lo nuevo es que la tarea de investigación en lo concerniente a servicios de búsqueda en línea, redes sociales y servicios en la ‘nube’, le toca a la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), presidida por Alejandra Palacios, quien ha mostrado la dureza necesaria para castigar incluso a instituciones como BBVA, Santander, Citibanamex, Bank of America, Barclays, Deutsche Bank y JPMorgan en México, cuando incumplen normas.
¿Por qué la Cofece? Lo técnico se resume en que el Poder Judicial de la federación lo decidió.
Lo relevante está en qué se ha convertido el mercado y cómo todos, en cualquier actividad, están ahora involucrados.
Hasta hace poco cuando la gente pensaba en poner un negocio, de inmediato se imaginaba cuánto costaría la renta de un local, los muebles y los empleados, para empezar. Pero la pandemia mostró a todos que muchas oportunidades no requieren hoy de cosas visibles o tangibles. Rappi no tiene motos.
Los mexicanos están involucrados en un negocio digital que se basa en teléfonos y torres de telecomunicaciones, pero eso no lo hace especializado en telecomunicaciones. Hoy una persona que quiera hacer pasteles no necesita instalar una pastelería, puede cocinarlos en casa, abrir una página en Instagram, propiedad de Facebook, y empezar a trabajar. Es posible que, si la buscan en Google, su página aparezca y que las ventas pueda cobrarlas a través de plataformas digitales. ¿Depende totalmente de éstas? ¿Facebook y Google se portan bien con esa pastelera? Eso lo revisará la Cofece y México no es el único país en el que eso ocurre.
En Estados Unidos iniciaron investigaciones similares desde el año pasado. Atención con lo que puede desatarse de esto.
El autor es director general de Proyectos Especiales y Ediciones Regionales de El Financiero.