En medio de la crisis de seguridad en nuestro país, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por medio de su Comité contra la Desaparición Forzada de Personas (CED, por sus siglas en inglés), inició un procedimiento para analizar las desapariciones forzadas en México, las cuales señaló como “sistemáticas” y “generalizadas”.
Por supuesto que para Morena y la presidencia de la República esto no sentó nada bien y comenzaron una defensa sistemática y generalizada para contrarrestar los dichos del CED y su presidente, Olivier de Schutter, con el argumento de que el “Estado Mexicano no promueve la desaparición de sus ciudadanos”, como se hizo, por ejemplo, en el 68, donde el gobierno desapareció a los estudiantes.
El argumento morenista es una cortina de humo, de esas grandes que solo ellos creen. Si bien el estado no pareciera estar directamente detrás de los más de 53 mil desaparecidos que, según dudosísimos datos oficiales dejó el sexenio pasado, lo evidente es que no hicieron nada para evitar que este cáncer de violencia continúe y sin duda, ese también era su deber.
Es importante explicarles a nuestros gobernantes que las omisiones en su trabajo también tienen consecuencias y que la estrategia “abrazos no balazos” fue una carta en blanco para permitir que los criminales cometieran todas las atrocidades posibles durante seis años sin ninguna consecuencia, el gobierno ha dejado a la población totalmente desprotegida, es increíble que se quejen de que una organización externa lo señale.
Por otro lado, el deber del estado de hacer cumplir la ley también es un factor que ha permitido el incremento de las desapariciones forzadas, prácticamente el 99 por ciento de los crímenes que ocurren en nuestro país resultan en impunidad, los ministerios públicos y la policía, cuando no están coludidos con el crimen organizado, no se dan abasto con la cantidad de crímenes. Hoy, la vida en nuestro país no vale nada, te pueden matar y solo serás un número más de la estadística.
De hecho, México es el país que tiene más peticiones para acción urgente por desaparición forzada ante la ONU, con 681; por encima de Irak, con 608; Colombia, con 233 y Cuba, con 193. Estas peticiones tienen como objetivo solicitar que la ONU pida al estado mexicano tome medidas para localizar y proteger a personas ausentes. Y es de estos números que viene las declaraciones del CED.
Por cierto, nadie con tres dedos de frente cree que la estrategia “abrazos no balazos” sea algo que el presidente López Obrador hizo de buena fe, más bien fue una forma de pagarle a sus socios el dinero que invirtieron en sus campañas y su movimiento.
En otras latitudes digitales…
La elección judicial es un reflejo del desastre y poca formación de los que la propusieron, revisaron y aprobaron sin leerla.