Post-verdad Digital

Soltar el liderazgo global

El gobierno americano cree que hacer grande a su país es quitarle los que puedas a tus aliados y hacerlos pagar por ser tus amigos, a los enemigos con mantenerlos a raya es suficiente.

A nivel global, EU sigue siendo la principal potencia económica y militar, sin embargo, para mantener un imperio también se requiere un liderazgo cultural, el cual claramente está ya muy mermado y una buena opinión pública no solo interna, sino también entre tus aliados.

Desde que ocurrió el Brexit, donde el Reino Unido se separó de la Unión Europea con el pretexto de ser más fuertes ellos solos, comenzamos a ver la caída del dominio cultural anglosajón en el mundo, la propia sociedad británica ha dejado de ser tan monocromática para volverse una nación más multicultural. Y es que no se puede ser imperio y esperar que la gente de los países que conquistaste no quieran vivir en tu casa, sobre todo después de haberlos explotado por siglos, justo así fue como cayó Roma ante los pueblos bárbaros alemanes. En el caso americano pasa igual, una importante cantidad de migrantes de todo el mundo busca irse a vivir a este país.

Una reacción a estas migraciones ha sido el crecimiento, en Estados Unidos, de los movimientos de ultraderecha que rechazan todo lo extranjero, sobre todo a las personas de otras razas. Y añoran el pasado donde la supremacía de los WASP´s (por sus siglas en inglés: white, american, anglosaxon, protestant) era inexpugnable. Hoy estos WASP´s parecieran dar sus últimas patadas de ahogado con la limpieza étnica claramente fundada en el racismo que ha sido la expulsión de “migrantes ilegales”. Ese odio añejo que tiene los anglos con los hispanos vuelve a aparecer, pero no es gratuito, la cultura latinoamericana basada en valores familiares e incluso en aportaciones gastronómicas, es mucho más fuerte que la del típico estadounidense y ha ido conquistando espacios entre su población, pero sin imponerse como un conquistador, simplemente se ha mimetizado con la visión anglosajona del mundo para enriquecerla y eso la hace peligrosa para los puritanos de la raza y la religión.

Además, de este nuevo impulso al racismo gubernamental también hay otras acciones menos inteligibles, como son la nueva guerra de aranceles con todos tus países aliados incluido Canadá, México y Europa, o la amenaza de quitarle Groenlandia de un miembro de la OTAN como lo es Dinamarca, o el apoyo a las pretensiones expansionistas de un viejo enemigo como Rusia. Todas estas acciones solo se pueden explicar bajo la idea de que el gobierno americano cree que hacer grande a su país es quitarle los que puedas a tus aliados y hacerlos pagar por ser tus amigos, a los enemigos con mantenerlos a raya es suficiente.

De hecho, el cerrar los fondos de USAID, los cuales, sin duda, en muchos casos operaban bajo una agenda woke, pero que ayudaban a influir en otros países y a paliar necesidades de la gente más pobre, es un movimiento que va en la línea de soltar la influencia en el exterior, ¿no era más fácil cambiar de agenda, que dejar de dar dinero?

Por supuesto que estas acciones ya no de policía, sino de bully del mundo no le están generando ninguna popularidad a Trump fuera de sus fronteras y aunque seguramente esto lo tiene sin ningún cuidado, de manera tácita está renunciando al equilibrio que mantenía a Estados Unidos como el monarca del imperio mundial.

Paradójicamente, el que puede aprovechar ya no solo el vacío, sino la aversión a las acciones de Trump es su gran enemigo: China. Ellos si están dispuestos a dar dinero, a influir, a negociar, a vender su tecnología a un menor precio, etc. Y con esto no digo que sean mejor opción que los americanos, simplemente van consolidándose como otra opción en un mundo que ya empezó a dejar de ser unipolar.

Mientras los norteamericanos sigan viéndose el ombligo y polarizando a su sociedad, se abre una gran posibilidad para los chinos, que justo no se encuentran polarizados y trabajan todos por esta “hambre imperialista”. Y la manera de hacerlo no tiene que ser una guerra, puede ser primero usando su enorme poderío económico y su tecnología de última generación, para después buscar ganar la batalla cultural.

México debe seguir aliado a Estados Unidos, estamos muy integrados no solo económicamente, sino social y culturalmente con ellos, nuestras familias viven allá y las de ellos acá. Esta historia apenas comienza, veamos que pasa en la elección intermedia de 2027, si se consolidan estas posturas o si hay algún cambio. Y que conste que los demócratas tampoco son la mejor opción, ellos perdieron la elección por meterse con lo más valioso que tiene una sociedad: los niños.

En otras latitudes digitales…

Hoy, México se consolida como uno de los países más corruptos en la OCDE, obteniendo su peor calificación en los últimos 30 años. Pero a un gobierno con tintes de tiranía estos datos no le importan.

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