El peso mexicano se ha apreciado 61 centavos o 3.1 por ciento, de 19.6512 que cerró el año pasado, a 19.0381 pesos por dólar, ayer ('fix' del Banco de México). Varias personas con las que he tenido la oportunidad de platicar en las últimas semanas me han expresado que se encuentran extrañadas por el comportamiento del tipo de cambio peso-dólar. En este espacio trataré de brindar una explicación de lo que ha ocurrido al respecto. Debido a que no hablamos de un producto, sino a una referencia entre un par de monedas, la pregunta de siempre es si el peso se habrá apreciado con respecto del dólar o si el dólar se habrá depreciado con respecto del peso. Una forma de poder dar respuesta a esta pregunta es observando el comportamiento del tipo de cambio del dólar con respecto a otras divisas, en el mismo horizonte de tiempo.
En este sentido, la mayoría de las divisas de mercados emergentes más operadas ganaron terreno con respecto al dólar. En lo que va del año, la que más aumentó de valor con respecto al dólar es el rand sudafricano (cerca de 5 por ciento), seguida del peso chileno (poco menos de 4 por ciento) y el peso mexicano (3.1 por ciento, como comenté al inicio). Asimismo, otras divisas emergentes también han observado un comportamiento similar, como es el caso del real de Brasil (2.9 por ciento), el peso colombiano (2.7 por ciento) y el baht de Tailandia (2.3 por ciento). Así, considero que entonces ha sido más un tema del comportamiento del dólar vs. emergentes, que realmente del peso mexicano como tal. Es decir, el dólar se ha depreciado.
Es importante tener en cuenta que algunos bancos centrales intervienen más en sus mercados cambiarios que otros —limitando o sesgando el movimiento de mercado que puede observar—, así como aspectos regulatorios en cuanto a la operación de divisas. Sin embargo, la mayoría de los bancos centrales de las divisas emergentes que mencioné anteriormente no son tan intervencionistas y no existen actualmente restricciones significativas para la operación de dichas divisas, por lo que considero que el movimiento que han observado sí refleja aspectos de oferta y demanda de mercado.
Otro aspecto interesante a dar seguimiento es la tasa de interés que ofrece cada divisa. Las posiciones que arman los grandes participantes de los mercados financieros globales tienen en cuenta su expectativa de apreciación o depreciación del par de divisas, así como la tasa de interés que pagan. En este sentido, por ejemplo, cuando deciden 'irse corto' el dólar de los Estados Unidos contra peso mexicano, lo que hacen es vender dólares y comprar pesos al tipo de cambio de mercado en ese momento. Asimismo, lo que también toman en cuenta los inversionistas es que, al no tener los dólares, van a dejar de recibir la tasa de interés que les pagaba tener esos dólares y que ahora, al tener pesos recibirán la tasa de interés que ofrecen los pesos mexicanos. A esto se le llama 'costo de acarreo' en el argot financiero o carry (en inglés). Una comparación sencilla de este costo es simplemente observando la tasa de interés de política monetaria de los bancos centrales de los países cuya divisa queremos analizar.
Así, la tasa de interés de política monetaria de Estados Unidos es la tasa de Fed Funds nominal y se encuentra actualmente en 2.5 por ciento, mientras que la de México se encuentra en 8.25 por ciento (575 puntos base por arriba de la de EU o 5.75 puntos porcentuales, que es el costo de acarreo). Asimismo, la de Sudáfrica se encuentra en 6.75 por ciento, la de Brasil en 6.5 por ciento, la de Colombia en 4.25 por ciento, la de Chile en 2.75 por ciento y la de Tailandia en 1.75 por ciento. Para hacer un análisis más preciso es necesario también saber los niveles de inflación anual que observan dichos países y 'restársela' a la tasa nominal. No obstante lo anterior, queda claro que en México pagamos el mejor costo de acarreo entre los mercados emergentes que hemos comentado.
En este sentido, concluyo: (1) El peso no ha sido la única divisa que se ha 'apreciado' con respecto del dólar de EU, sino que ha sido un movimiento generalizado de depreciación del dólar; (2) el peso mexicano no ha sido la divisa que más se ha 'apreciado' con respecto a otras divisas emergentes; y (3) México es de los países emergentes que paga una mayor tasa de interés. Por esto considero que si bien ha ayudado que nuestro presidente pudo lograr la aprobación de un Presupuesto fiscalmente responsable para este año, que se hayan recomprado una parte de los bonos relacionados al NAICM, que no se hayan materializado la serie de iniciativas que varios legisladores lanzaron el año pasado y el anuncio sobre el Programa de Impulso al Sistema Financiero, el movimiento del tipo de cambio peso-dólar ha sido principalmente una depreciación del dólar ¿Cuáles han sido las causas? Esas las comentaré en otra ocasión debido a que se me terminó el espacio.
El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.
Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, ni del IMEF, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor.