Si gana Claudia, si gana Marcelo, si gana Adán, le deberán su poder a López Obrador. No pueden ganar por sus méritos. Claudia y los 26 muertos del desplome de la Línea 12. Marcelo doblándose ante Pompeo. Adán y sus vínculos con los huachicoleros de Tabasco. La mayoría de los votos que obtengan se los deberán a López Obrador y éste se los cobrará en su debido momento.
Ha dicho que al término de su mandato se retirará a su rancho. Pero el presidente acostumbra mentir. Lo ha hecho más de 110 mil veces en sus conferencias. No se irá a ningún lado. O se irá y desde allá seguirá mandando. No hay que creer lo que dice sino fijarse en lo que está haciendo. Acaba de imponer al próximo líder del Senado, de la Cámara de Diputados y al secretario de Gobernación. Le deben su puesto los 23 gobernadores de Morena y se lo deberán un gran número de diputados y senadores morenistas. Si el próximo presidente se sale del guion que ha impuesto, recurrirá a la revocación de mandato e intentará regresar.
López Obrador necesita el poder. No lo hace por ayudar “al pueblo”. Recientemente reconoció que la ayuda a los pobres es mera estrategia electoral. “Ayudando a los pobres va uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos (…) es un asunto de estrategia política”. Los apoyos a los adultos mayores y las becas para los jóvenes no fueron creados para apoyar a grupos vulnerables sino por su rentabilidad electoral. Su amor al poder no es amor al pueblo, es necesidad de poder.
Algunos analistas han señalado que la trágica muerte de su hermano en la adolescencia es el centro oscuro que le reclama al presidente la aceptación universal. Es un centro que no puede saciarse, que lo obliga a desear que todos lo obedezcan. Un hoyo negro es una zona del espacio cuyo interior posee una concentración de masa lo suficientemente grande para atraer hacia sí todo tipo de materia, incluso la luz. Un hoyo negro concentra en sí todo lo que se encuentra a su alrededor. El poder en algunos individuos es ese hoyo negro. Su único fin es la concentración de poder. Enarbolan banderas como la lucha contra la pobreza y la corrupción, meras máscaras para esconder su verdadera pretensión: que todo gravite en torno suyo, que todos se supediten a su voluntad de poder. El hoyo negro del poder.
Otras sociedades han considerado que no es mala la permanencia en el poder del gobernante por largos periodos. Ángela Merkel permaneció 16 años en el poder, Hugo Chávez 14. En México el rechazo a la larga estancia de Porfirio Díaz determinó que el principio de no reelección fuera la norma. Desde Lázaro Cárdenas a la fecha los presidentes gobiernan seis años. Desde el principio de su gobierno López Obrador puso en claro que no buscaría la reelección. Convocó a un notario a su conferencia y firmó un compromiso en ese sentido. Pero también ha dicho en repetidas ocasiones que él hará lo que el pueblo quiera. Y si él interpreta que el pueblo quiere que se mantenga como presidente, no le cuesta nada desconocer lo que firmó. Dicen que el presidente acostumbra cumplir su palabra, claro, por eso afirmó centenares de veces que regresaría a los militares a sus cuarteles y ya como presidente militarizó el país. La ley prohíbe la reelección, pero “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”.
La ley prohíbe la reelección pero no que extienda su mandato por alguna emergencia nacional (temblor, inseguridad, crisis económica). Puede alegar que perdió dos años con la pandemia, que sólo busca consolidar la transformación, que el pueblo lo demanda. También puede intentar conservar su dominio por interpósita persona a través de alguna de sus “corcholatas”, que así las llamó López Obrador para subrayar su carácter prescindible.
Un sexenio de luces y sombras. Luces: la renegociación del tratado de libre comercio norteamericano y ahora con la Unión Europea; la reforma laboral; el apoyo a los adultos mayores; la estabilidad monetaria; el aumento al salario mínimo. Sombras: 800 mil muertos por Covid, 160 mil homicidios dolosos, la destrucción del Seguro Popular, el acoso a intelectuales y periodistas, la militarización del país, la supresión de apoyos para las mujeres, su amor por las dictaduras. Si Morena obtiene la mayoría en las cámaras en el próximo periodo podría modificar la Constitución para legalizar su retorno a la silla presidencial.
Muchas cosas pueden pasar de aquí al 2 de junio de 2024. La oposición puede crecer con un candidato atractivo (por ejemplo, Xóchitl Gálvez) y derrotar al oficialismo. Morena puede dividirse por la lucha caníbal por el poder. El presidente puede arrepentirse de su decisión de irse y mover a la gente para que apoye su permanencia en el poder. Pero también su salud puede jugar en su contra. En política importa la estrategia pero también la fortuna. Vivimos los peores tiempos, según algunos. Otros piensan que vivimos un momento estelar. La moneda está en el aire. Dará muchas vueltas antes de caer a tierra y mostrar si la suerte marcó águila o sol.