Coordenadas

En tierra de ciegos: las ventajas de México en aranceles

El 86 por ciento del comercio que nuestro país tiene con Estados Unidos no está sujeto a aranceles, en virtud de las exenciones establecidas por Trump.

¿Cuánta ventaja es la que tendrá México frente a otros países en el comercio con Estados Unidos?

De acuerdo con la información que ayer dio a conocer el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sería amplia.

En su participación en la Conferencia Anual del Consejo de las Américas en México, Ebrard refirió la publicación del día de ayer en medios oficiales de EU a propósito de la industria automotriz.

De acuerdo con los registros oficiales de la Oficina Comercial de la Casa Blanca, los aranceles del 25% no se aplicarán a autopartes que califiquen para trato preferencial bajo el T-MEC, hasta que el secretario de Comercio, en consulta con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), establezca un proceso para aplicar el arancel únicamente al valor del contenido no estadounidense de dichas partes y publique un aviso en el mismo ‘Federal Register’.

Para los vehículos y partes que cumplan con los requisitos de contenido regional del T-MEC, el arancel solo se aplicará al valor del contenido no estadounidense o no regional, lo que reduce la carga para los fabricantes que cumplen con las reglas de origen del tratado.

La publicación también menciona que, mientras se implementa este proceso, los fabricantes de automóviles que ensamblan vehículos en Estados Unidos podrán acceder a un “import adjustment offset”, un mecanismo de créditos que reduce el impacto de los aranceles sobre las autopartes importadas dependiendo del porcentaje de contenido estadounidense o regional de sus vehículos.

Los cálculos hechos por la Secretaría de Economía y comentados por el propio Ebrard ayer señalan que la tasa arancelaria promedio que hoy paga México en sus exportaciones a Estados Unidos es de 13 por ciento y que el 86 por ciento del comercio que nuestro país tiene con Estados Unidos no está sujeto a aranceles, en virtud de las exenciones establecidas por Trump.

Al ver más detalles, de acuerdo con las estimaciones de la Secretaría de Economía, mientras que un auto europeo exportado a Estados Unidos pagará el 25 por ciento del arancel, los coches fabricados en México —variando las cifras según fabricante y modelo— pagarán de 12 a 13 por ciento, aproximadamente.

Todavía está por verse el impacto de este arancel, pues en el mes de abril las exportaciones de vehículos ligeros de México que tienen a EU como su principal mercado cayeron en 10.9 por ciento, y en el primer cuatrimestre la caída es de 7.3 por ciento.

En el mercado de EU, las ventas de vehículos ligeros no han caído, sino que incluso subieron en abril a una tasa poco usual de casi 10 por ciento, ante el temor de que, al aplicarse los aranceles, los costos de los autos se vayan a encarecer, lo que ha llevado a los consumidores a adelantar compras.

Aún falta algún tiempo para que se estabilice la situación comercial global y que las reglas fijadas por el gobierno de Trump sean claras.

En el caso de México, nos engañaríamos si pensáramos que veremos en el corto plazo las ventajas que pueden surgir por la asimetría arancelaria que EU va a establecer y que van a favorecer a nuestro país.

El resultado se verá sobre todo en el mediano y largo plazos y mucho va a depender de los términos de la renegociación del T-MEC, así como de temas como la certidumbre jurídica que surja de las elecciones del 1 de junio y de otros asuntos como la seguridad en el país.

Ni modo, olvidémonos por un buen tiempo de la certidumbre.

Si nos va bien, regresará en el mediano plazo.

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