Es conocido y reconocido el valor cultural, social de la organización ciudadana para el trabajo y la fiscalización de los recursos que reciben sus comunidades y municipios. Oaxaca es el estado en el que mejor se refleja la organización comunitaria, tiene 570 municipios, la cuarta parte del total nacional, donde 417 son de usos y costumbres. Así, la entidad ha tenido programas sociales exitosos, como fue ‘Lluvia, tequio y alimentos: un camino para combatir la pobreza’ a principios de los años noventa, con el cual se construyeron caminos rurales; ‘Atajar el agua a como dé lugar’, programa que se desarrolló en algunos de pueblos como Ayoquezco. Por otra parte, las comunidades tienen reglas rigurosas para vigilar que los recursos que reciben sus autoridades sean bien ejercidos.
En suma, el tequio es una costumbre de los pueblos originarios, a través del cual las personas entregan su trabajo de manera gratuita a la comunidad. Esta tradición se ha transmitido por generaciones y hoy en día goza de gran arraigo entre los pobladores del estado. El tequio permite el mantenimiento y construcción de caminos, escuelas y mercados, entre otras acciones que se desarrollan de manera solidaria gracias a un sentimiento de comunidad. Además de los beneficios en la infraestructura de los pueblos y municipios donde se realiza el tequio, esta forma de trabajo permite fortalecer los lazos comunitarios que a su vez redundan en una mejor convivencia.
Tomo este ejemplo, para señalar lo que hacemos las Entidades de Fiscalización Superiores (EFS), integrantes de la Organización Latinoamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores (OLACEFS), en materia de creación de capacidades y generación de buenas prácticas. En los últimos años, hemos hecho un mayor uso de las tecnologías de la información y la comunicación para compartir conocimiento, por ejemplo, por medio de los webinarios, así como los cursos que constantemente nuestro personal auditor tiene la posibilidad de estudiar. La alianza desarrollada entre las EFS, integrantes de OLACEFS, así como con la Organización Internacional de las Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI), nos ha permitido fortalecer las capacidades y asistencias técnicas y perfeccionar el proceso de monitoreo y evaluación del plan de capacitación, además de promover la capacitación en tecnologías y metodologías de aprendizaje.
A casi 4 años de la emergencia global de salud pública, podemos afirmar que las EFS hemos mejorado y aumentado nuestro conocimiento respecto al uso de la tecnología en la fiscalización de recursos públicos. En el caso particular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), con las propuestas de cambios legales que realizó el Poder Legislativo, nos han permitido cumplir de mejor forma nuestro mandato constitucional, y fortalecer la labor fiscalizadora, por lo que los recursos públicos y las acciones gubernamentales se fiscalizan de manera más eficiente, eficaz y expedita. He de señalar que los cambios legislativos se acompañaron de un cambio organizativo interno para cumplir de manera óptima la nueva normativa.
Es sabido que la región de América Latina enfrenta diversos riesgos de desastres naturales, ante ello la OLACEFS ha llevado a cabo una capacitación y sensibilización permanentes, señalando tres puntos que deben tenerse en cuenta ante la fiscalización de estos eventos: la identificación de buenas prácticas de fiscalización de la gestión de desastres; la generación de mecanismos de socialización de buenas prácticas, y la elaboración de una guía de fiscalización de la gestión de desastres, que contribuya a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Es así que la solidaridad e intercambio generoso de experiencias fortalecen el trabajo de fiscalización que realizamos las EFS integrantes de la OLACEFS, llevando el espíritu del trabajo comunitario del tequio a niveles internacionales, para que cada una de las entidades superiores de fiscalización estemos en mejores posibilidades de cuidar los recursos públicos de nuestros países.