Colaborador Invitado

IA requiere estrategia, no improvisación

Uno de los puntos que frena la adopción de IA es la falta de infraestructura. Ejemplo de ello es reducir la distancia física entre los centros de datos y los usuarios, ya que se traduce en un menor tiempo de respuesta.

La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en la tecnología de difusión más rápida en la historia de la humanidad, superando a los teléfonos inteligentes e, incluso, al Internet.

En menos de tres años, más de 1,200 millones de personas han usado herramientas de IA, lo que ha permitido transformar industrias enteras, gracias a la estrategia clara de compañías, de acuerdo con nuestro 'Informe sobre la difusión de la IA: Dónde se utiliza, desarrollos y construye más’. Sin embargo, la improvisación y la adopción se ubican como los retos a superar.

En México, la difusión de IA ronda entre 10 y 20% de los usuarios, mientras que en países como Emiratos Árabes Unidos o Singapur es cerca del 60 por ciento. Estas diferencias reflejan desigualdades en infraestructura, educación e idioma

En el caso de Singapur, el 59% de la población en edad laboral usa la IA, y esto se logró a décadas de inversión en infraestructura digital y el fomento de alianzas entre universidades, industria y gobierno.

Esta estrategia consistente y a largo plazo creó una población altamente conectada y alfabetizada digitalmente.

Sensibilizar a la población de estos temas permite desarrollar un ecosistema donde se impulse la innovación, productividad y crecimiento. Uno de los puntos de partida es reconocer el rol de los datos.

Sin información confiable, accesible y de calidad, la IA no puede cumplir las expectativas y objetivos.

Esto exige romper silos, consolidar fuentes y garantizar integridad. Cuando los datos son sólidos, las decisiones dejan de depender de la intuición y comienzan a apoyarse en evidencia.

En este proceso, la nube se convierte en un pilar fundamental. Uno de los puntos que frena la adopción de IA es la falta de infraestructura. Ejemplo de ello es reducir la distancia física entre los centros de datos y los usuarios, ya que se traduce en un menor tiempo de respuesta.

Esto es crítico para la experiencia del usuario y el rendimiento de las aplicaciones; incluso retrasos modestos reducen la frecuencia de uso de servicios en línea. Esta proximidad también puede reducir costos de ancho de banda y mejorar la eficiencia de la red.

Las empresas que migran a una nube más cercana descubren que pueden colaborar mejor, adaptarse más rápido y desplegar la IA de manera responsable. En este punto, se trata de crear un entorno donde la innovación ocurra sin fricciones.

La pregunta que muchas organizaciones se hacen es: ¿cómo integramos la IA en nuestra operación? La respuesta corta es ‘depende’.

Algunos bancos la utilizan para optimizar procesos y liberar miles de horas de trabajo. Organizaciones sin fines de lucro la aplican para proteger datos sensibles y aumentar su impacto social.

Compañías de consumo la aprovechan para reducir desperdicios y anticipar tendencias. Ninguno de estos logros fue casualidad; detrás hubo visión, inversión en capacitación y compromiso con la innovación.

Nuestro Work Trend Index más reciente nos indica que cada vez será más común saber de empresas que integran IA, agentes y el talento humano. El 82% de los líderes entrevistados a nivel mundial afirma que este año es decisivo para replantear aspectos clave de la estrategia y las operaciones.

Además, el 81% dice que espera que los agentes estén moderada o ampliamente integrados en la estrategia de IA de su empresa en los próximos 12 a 18 meses.

Este cambio y estrategia debe ir acompañada de un cambio cultural. Implementar IA no es solo cuestión de software, sino de mentalidad. Capacitar a los equipos, fomentar la curiosidad y crear espacios para la creatividad son pasos esenciales.

Cuando las personas comprenden el propósito y ven beneficios concretos, la transformación deja de ser un proyecto y se convierte en una forma de trabajo.

En México, cada vez más empresas están entendiendo que la adopción de IA dejó de ser un lujo y se ha convertido en una ventaja competitiva. Las compañías que actúan con estrategia ya están viendo cómo la tecnología potencia lo mejor del talento humano.

Nuestra premisa en Microsoft sigue vigente: la tecnología debe funcionar al servicio de las personas. Hoy, la conversación va mucho más allá de automatizar procesos; es empoderar a los equipos, eliminar tareas repetitivas y liberar el potencial creativo.

En la era de la IA, la estrategia es la brújula que convierte la innovación en resultados sostenibles y la improvisación no tiene lugar en este escenario.

Francisco Corona

Francisco Corona

Gerente de Nube e IA para Microsoft Latinoamérica

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