Colaborador Invitado

La República del Twitter ha puesto en jaque a Palacio Nacional

La Generación Z, los jóvenes de las redes, convocan a la conciencia nacional para cambiar las cosas en el país.

México está calentando motores. Los momentos actuales son de efervescencia política. La muerte de Manzo, la gota que derramó el vaso, y la evidente inseguridad y corrupción, la madre del movimiento social. Lo nuevo e inédito es que la Marcha de la Generación Z, que se manifestará el sábado 15 de noviembre en la CDMX, y que se dice que también tendrá lugar en otros 50 ciudades del país, es convocada por jóvenes a través de las redes sociales, tomando como eje central el oprobio criminal del sacrificio del michoacano, hoy símbolo de rebeldía nacional, clamando justicia y exhibiendo la fragilidad y la falta de efectividad del combate a la corrupción y la impunidad.

La Generación Z, los jóvenes de las redes, convocan a la conciencia nacional para cambiar las cosas en el país. Cuidado: si los jóvenes salen a la calle y hacen política pueden transformar a México. La nueva República del Twitter en acción. Increíble, pero cierto: ha puesto nervioso a Palacio Nacional. Estos movimientos juveniles han surgido en otros países, como Nepal, Indonesia, Madagascar y Perú, con repercusiones violentas y un fuerte desgaste para algunos gobiernos. Aprendamos de la historia.

La presidenta perdió una oportunidad política al no dar la bienvenida a los jóvenes, expresándoles su apoyo. Las vallas de hierro y gran altura que protegen y aíslan a Palacio Nacional y a la Catedral envían un mensaje negativo y de cerrazón, evidenciando un extremo cuidado y temor.

La presidenta Sheinbaum tiene historia. Es gente de izquierda; de joven, militante de movimientos revolucionarios. Mi paisano Santos y ella, en plena actividad política en la UNAM. Además, por su formación académica y como aliada de López Obrador, no debería temer a la resistencia política. Que vengan las movilizaciones de izquierda y derecha, respetarlas es obligación constitucional. Descalificarlas es un desacierto político.

Vámonos acostumbrando: los nuevos tiempos serán de movilizaciones que exigirán resultados concretos y reivindicaciones políticas y sociales. Es un error descalificar a los jóvenes y culpar a la derecha, al PRIAN, a algunos empresarios, a Calderón, Fox, Salinas y Peña Nieto. Después de siete años, empieza a perderse el efecto de esta condena. Además, todos tienen derecho a expresarse y el gobierno debe respetar la libertad de expresión, que sustenta la democracia. «Se murió mi abuelita, es culpa de Calderón». Jajaja.

Roberto  Albores Guillén

Roberto Albores Guillén

Exgobernador de Chiapas

COLUMNAS ANTERIORES

Triángulo inflacionario
Entender al consumidor, el punto de partida para competir con propósito

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.