Citando a un clásico en México, la sustentabilidad “llegó para quedarse”. Puede sonar obvio, pero vale la pena analizar por qué más empresas han decidido incorporar y mantener, dentro de sus planes de negocio, estrategias de ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza).
Incluso en un entorno geopolítico complicado y un año económicamente con menor dinamismo, la agenda ASG de las empresas continúa: vemos que siguen fluyendo los proyectos y el financiamiento. Cito aquí algunos ejemplos en distintos ámbitos y alcances.
1.- El número de emisiones temáticas de deuda que se han realizado este año en Latinoamérica son menores a las del 2024, sin embargo, y aquí radica la importancia de este ejemplo, las empresas que han recurrido al financiamiento a través de certificados bursátiles, tienen integradas en buena medida estrategias ASG. Pueden incluso estas últimas ser tema de conversación dentro de sus roadshows.
2.- Cada vez más empresas tienen interés en seguir incorporando proyectos ASG dentro de sus planes. Los ven como una opción real para eficientar procesos a lo largo de toda la cadena de suministro, para ahorrar costos de energía y agua y para optimizar el uso de sus recursos, entre otros. Los ven también como una respuesta que deben tener frente a consumidores ajenos a la política internacional sobre estos temas, pero sí interesados en comprar a empresas que “hacen algo” por la sociedad, que reciclan, que invierten en acciones sostenibles, que cuentan con consejos de administración más equilibrados en temas de género, que tienen avances en todos estos temas.
3.- En la reciente convocatoria de los Premios Empresas Líderes de Innovación Sustentable (ELIS) de HSBC en colaboración con EY, se inscribieron 107 estrategias, número superior al del año pasado. La mayoría de ellas, el 37.50%, son Ambientales, seguidas en un 35% por las Sociales.
La agenda ASG está viva dentro de las empresas y dentro de las regulaciones de diferentes países en el mundo, incluido México, un país líder en la región, en donde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publicó en marzo de 2023 su propia taxonomía para guiar la movilización de capitales hacia proyectos sostenibles. Y digo que llegó para quedarse no como solo una frase sino porque muchas compañías ven ya un beneficio real en ser sustentable, en el corto, mediano y largo plazo. Por eso las empresas destinan inversiones, recursos humanos y tiempo a seleccionar los proyectos que les generarán resultados específicos. Empresas grandes y medianas cuentan con equipos completos de sostenibilidad que desarrollan proyectos enfocados en nuevos procesos y productos que se traduzcan en nuevas tecnologías tales como energía renovable, electrificación del transporte, empaques biodegradables (industria de alimentos y consumo), en iluminación natural y materiales reciclados (construcción), uso de desechos para producir energía (varios), combustibles sustentables (aéreo), etc.
En HSBC impulsamos la transición de las empresas hacia proyectos más sustentables, entendiendo la actividad de las empresas y sus necesidades concretas. Si, como vemos, es un aspecto de negocio que “llegó para quedarse” en empresas de todos tamaños y en prácticamente todo el mundo, el papel de la banca será ayudar a despegar estos proyectos o acompañarlos a lo largo de los años para asegurar que sus resultados estarán alineados a los objetivos de las compañías y sus clientes.
