México enfrenta una alta prevalencia de enfermedades no transmisibles (ENT). Mientras en la década de los 90 el 57% de las muertes correspondía a ENT, en los últimos años este porcentaje incrementó al 80% del total de muertes en todas las edades, de acuerdo con datos del gobierno federal [1].
La alta prevalencia de ENT —como enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, diabetes, obesidad, síndrome metabólico, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y algunos tipos de cáncer— se debe en gran medida al estilo de vida poco saludable, la mala alimentación e inactividad física de la población. Y esto representa un doble desafío para el sector asegurador.
Primero, porque se deben atender condiciones médicas preexistentes de alta prevalencia en el país, y segundo, porque se debe lidiar con grandes vacíos de información clínica. Por ejemplo, según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), se estima que 18.4% de las personas adultas viven con diabetes, pero solo una tercera parte de ellas ha sido diagnosticada.
Esta realidad demanda que los suscriptores —los profesionales que evalúan y analizan los riesgos asociados con asegurar a una persona o entidad— actúen como intérpretes entre la medicina y las finanzas, entre la urgencia de una familia y los límites del riesgo asegurador, y encuentren la forma de cómo incluir a personas con enfermedades preexistentes al ecosistema de seguros mexicano.
Es como diseñar un traje a la medida, donde el suscriptor es el sastre y la tecnología la herramienta que le ayuda a confeccionar el producto justo para cada persona. Y es aquí donde la inteligencia artificial (IA), aunque ha estado muy de moda de unos años a la fecha, ha mostrado verdadero potencial para cambiar el modelo tradicional de suscripción.
En este caso, el modelo tradicional de suscripción —que combina cuestionarios extensos, historial médico convencional y pruebas clínicas— se vuelve insuficiente y poco práctico cuando la información es parcial o incompleta. Además, exige pruebas invasivas que pueden resultar costosas y desagradables para el cliente.
Las aseguradoras pueden recurrir a herramientas que utilizan inteligencia artificial para analizar grandes volúmenes de datos —desde parámetros médicos tradicionales como el índice de masa corporal, presión arterial y niveles de lípidos, hasta datos alternativos como transacciones bancarias autorizadas, registros de reclamaciones y datos de dispositivos wearables— para determinar un perfil más completo del cliente, lo que nos ayuda a ofrecer tarifas más justas y alineadas con cada persona, sin necesidad de crear un producto distinto para cada caso. Además, contamos con Life Guide Scout, una herramienta de IA que permite a los suscriptores encontrar respuestas rápidas en nuestro manual de suscripción Life Guide a través de un chatbot.
La tecnología por sí misma no es una solución mágica, una bala de plata para acabar con los problemas estructurales del sector asegurador en México, pero sí es una herramienta con alto potencial, siempre y cuando se acompañe de estrategias para integrarla en el trabajo diario, para capacitar a la gente en su uso, para manejar el cambio cultural que implica confiar más en los datos y para generar confianza en todos los actores del ecosistema.
Probablemente veamos en los próximos años un ciclo combinado en el que múltiples modelos de IA trabajan en distintas partes del proceso asegurador. Desde la cotización o la suscripción hasta los siniestros. La idea no es quitar al humano, es potenciarlo para encontrar nuevos tipos de cobertura que atiendan de forma integral la realidad mexicana.
La tecnología se posiciona como un habilitador estratégico de soluciones innovadoras que fortalecen la protección frente a enfermedades no transmisibles, contribuyendo a cerrar la brecha de cobertura en salud que enfrentan las familias mexicanas. En este contexto, las reaseguradoras colaboran activamente con los distintos actores del ecosistema, aportando su experiencia global y desarrollando soluciones a medida para impulsar el crecimiento sostenible del sector asegurador en México.
