Colaborador Invitado

El futuro del agua ya empezó

El agua es un recurso escaso, por lo que las ciudades del mundo enfrentan el desafío de asegurar su abasto en medio del cambio climático.

El agua ya no es un recurso garantizado. En pleno siglo XXI, las ciudades del mundo enfrentan el desafío de asegurar su abasto en un contexto de cambio climático, crecimiento urbano acelerado y agotamiento de fuentes naturales. Hoy, la eficiencia en el manejo del agua no es una opción, sino una necesidad de supervivencia.

En Singapur, una isla sin fuentes naturales de agua dulce, se alcanzó una hazaña histórica al tratar y reutilizar el 100 por ciento de sus aguas residuales para abastecer la industria, la agricultura y el consumo humano, a través del innovador proyecto NEWater.

En Los Ángeles, ante la sequía crónica, se invierten miles de millones de dólares en plantas de reciclaje avanzado y programas de captación de agua de lluvia. Sídney y Tel Aviv integran al sector privado en la producción y gestión del agua mediante plantas desalinizadoras, asegurando suministro incluso en condiciones extremas.

México no es ajeno a estos desafíos. En los últimos años, hemos avanzado en la construcción de infraestructura para tratamiento de aguas residuales, modernización de redes de distribución y recuperación de acuíferos.

Un paso importante es el Plan Nacional Hídrico 2024–2030, presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum, que busca concebir el agua como un derecho humano y no como un bien comercial, priorizando el acceso equitativo, la recuperación de volúmenes concesionados para el consumo humano, el saneamiento de ríos y la tecnificación de riego en el campo.

Sin embargo, todavía enfrentamos rezagos importantes, pues cerca del 40 por ciento del agua potable se pierde en fugas y clandestinaje, y el reúso de aguas tratadas sigue en desarrollo en la mayoría de las ciudades.

En este panorama nacional, Morelia también ha decidido actuar, pero a más largo plazo. A través del Plan Hídrico Morelia 2050, nuestra ciudad ha trazado una ruta de sostenibilidad hídrica basada en cuatro ejes: tratamiento y reutilización de aguas residuales, reducción de pérdidas en la red, recarga de acuíferos y gestión eficiente del agua potable.

Actualmente, hemos iniciado proyectos de intercambio de aguas tratadas, colaborando con el sector industrial para sustituir el uso de agua potable por agua regenerada en procesos productivos. Un ejemplo de ello es el acuerdo para reutilizar aguas tratadas en la Ciudad Industrial y en la papelera de Morelia, lo que permitirá liberar agua limpia del manantial La Mintzita para el consumo humano, protegiendo además un acuífero que hoy se encuentra sobreexplotado.

Adicionalmente, en Morelia se trabaja en la modernización de la infraestructura hidráulica, con un ambicioso programa de detección y corrección de fugas, pues las pérdidas en la red equivalen actualmente al 40 por ciento del volumen de captación.

Sabemos que el reto es grande. La sequía prolongada, el crecimiento urbano y la presión sobre nuestras fuentes naturales exigen soluciones audaces. Pero también sabemos que hay oportunidades: con innovación, colaboración público-privada y participación ciudadana, como ya se impulsa tanto a nivel local como nacional, podemos construir un país resiliente, capaz de asegurar el derecho al agua para las generaciones futuras. Para ello, cada gota cuenta, pero cada acción, mucho más, pues el futuro del agua ya comenzó.

* El autor es especialista en gestión ambiental y sostenibilidad

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