Colaborador Invitado

Reducción jornada laboral

Millones de trabajadores no tienen tiempo suficiente para formar y desarrollar a sus familias, hacer ejercicio, disfrutar de actividades al aire libre o, simplemente, descansar.

Presidente de la Comisión Nacional de Emprendimiento de COPARMEX.

Durante mucho tiempo, las estadísticas internacionales han demostrado que los países emergentes —como México, Brasil, Rusia, India, entre otros— son los que más horas trabajan, pero con niveles de productividad más bajos. Esta realidad no solo impacta la eficiencia económica, sino que también afecta gravemente la calidad de vida: millones de trabajadores no tienen tiempo suficiente para formar y desarrollar a sus familias, hacer ejercicio, disfrutar de actividades al aire libre o, simplemente, descansar.

En la relación entre tiempo y productividad, vale la pena recordar la Ley de Parkinson, que establece que el trabajo se expande hasta ocupar todo el tiempo disponible para su realización. En este sentido, hago un llamado a todos los actores políticos, empresariales y sociales a implementar esta importante reforma con visión estratégica, planeación y, sobre todo, con el firme compromiso de preservar la productividad y competitividad de las empresas mexicanas.

También es indispensable acompañar este proceso con medidas que impulsen la formalidad y la capacitación laboral. La reducción de la jornada no debe verse como un fin en sí mismo, sino como un componente de una transformación más amplia, donde se reconozca el valor del talento humano, se promueva la innovación en los procesos productivos y se incentive el desarrollo profesional continuo. Solo así lograremos que las empresas mantengan su dinamismo sin comprometer la calidad del empleo.

Es momento de impulsar un cambio cultural positivo: la cultura del bien hacer. Trabajar con enfoque y responsabilidad durante las 40 horas laborales, dedicar tiempo de calidad a la familia cuando se está en casa, ejercitarse con energía, disfrutar el esparcimiento con alegría. En resumen, vivir cada faceta de la vida con plena atención y compromiso.

En paralelo, es clave que el sector público y privado colaboren para generar condiciones fiscales y administrativas que permitan que esta transición no se convierta en una carga, especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas. La reducción de la jornada puede y debe ser compatible con el crecimiento económico, si se acompaña de políticas públicas responsables y de una agenda compartida que coloque al bienestar de las personas como eje del desarrollo.

Estoy convencido de que esta reforma laboral hacia una jornada de 40 horas representa una gran oportunidad para elevar nuestra calidad de vida. No obstante, su éxito dependerá de nuestra capacidad colectiva para cuidar los detalles, anticipar los riesgos y evitar escenarios contraproducentes. #OpiniónCoparmex

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