Colaborador Invitado

Resiliencia táctica: la relevancia de centrarse en lo fundamental

A mitad de 2025, la economía global sigue navegando en aguas agitadas.

En un año marcado por bandazos económicos, decisiones políticas reversibles y mercados que desafían las expectativas, una idea comienza a cobrar fuerza entre los inversionistas: quizá, la incertidumbre no es un obstáculo temporal, sino la nueva condición permanente. Y en este entorno, centrarse en lo fundamental ya no es solo recomendable, es imprescindible.

A mitad de 2025, la economía global sigue navegando en aguas agitadas. Estados Unidos evita por poco la recesión, pero las tensiones comerciales, el deterioro fiscal y la inflación persistente siguen presentes. Frente a esto, los mercados muestran una notable capacidad de adaptación, que no debe confundirse con estabilidad, sino con resiliencia táctica. En lugar de esperar claridad, el enfoque debe estar en lo que realmente importa: fundamentos sólidos, diversificación inteligente y visión de largo plazo.

Cuando la volatilidad no es un sobresalto, sino el entorno

El restablecimiento parcial de aranceles, las amenazas a nuevas regiones y las reacciones entre diferentes geografías mantienen viva la incertidumbre comercial. La Fed, atrapada entre cifras resistentes y presiones políticas, posterga decisiones clave en política monetaria. Y aunque los mercados bursátiles han repuntado, lo hacen en tensión con datos económicos más débiles y expectativas de recortes fiscales con impacto limitado.

En este contexto, la diferencia entre activos se acentúa. Los bonos largos suben por presión fiscal, el dólar cede fuerza y las acciones se mantienen en terreno positivo solo para quienes saben seleccionar con precisión. La volatilidad ya no es una anomalía, es el lenguaje del mercado actual.

México: Oportunidades condicionadas

Para México, la coyuntura representa una intersección. La oportunidad del nearshoring es real, pero enfrenta obstáculos como aranceles sectoriales aún vigentes que están fuera del T-MEC. La expectativa de contracción moderada no sugiere crisis, pero sí exige ajustes estratégicos.

En este entorno, el entorno de tasas de interés cobra nueva relevancia. Aunque el Banco de México ha comenzado un ciclo de recortes, la inflación repuntó en mayo y las señales desde la Junta de Gobierno apuntan a una postura más cauta para futuros ajustes. La combinación de una economía que pierde tracción con un margen reducido para estímulos monetarios exige ajustes estratégicos más decididos. De manera general, si el país logra capitalizar su posición geográfica y credibilidad institucional, desde la relación que existe con Estados Unidos, puede convertirse en un pilar regional ante la fragmentación global.

De la lectura a la acción: Estrategias frente a la incertidumbre

En contextos como el actual, lo fundamental deja de ser una referencia teórica y se convierte en una guía operativa. Para los inversionistas, esto se traduce en decisiones que combinan cautela con visión estratégica. Posicionar carteras en instrumentos de renta fija de corta duración y alta calidad permite mantener estabilidad sin perder sensibilidad ante movimientos futuros en las tasas. Al mismo tiempo, identificar compañías con poder de fijación de precios, márgenes robustos y exposición limitada a fricciones regulatorias se vuelve clave para sostener valor en sectores resilientes.

La diversificación geográfica cobra nueva relevancia, no solo como escudo frente a la volatilidad del dólar, sino como vía de acceso a regiones que muestran un ciclo de crecimiento propio frente a la desaceleración global. Y en un entorno donde las correlaciones tradicionales se debilitan, la gestión activa ya no es una opción, sino una necesidad. Esto se debe a que permite identificar riesgos, responder con agilidad a escenarios cambiantes y encontrar oportunidades donde la inercia pasaría de largo.

La certeza de lo incierto no es una paradoja. Es la premisa de cualquier estrategia seria en 2025. Lo sabemos con mayor precisión ahora que ya ha pasado la primera mitad de este año. Y actuar desde esa convicción no es resignación, sino disciplina. Una disciplina que, bien aplicada, puede marcar la diferencia entre resistir el entorno o aprovecharlo.

Marcela Pereira Rocha

Marcela Pereira Rocha

Chief Economist, Principal Asset Management LATAM

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