Colaborador Invitado

¿Puede América Latina liderar la próxima ola tecnológica?

Un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo señala que el ecosistema Fintech en América Latina creció un 340% entre 2017 y 2023.

Hace apenas una década, pensar en América Latina como un semillero de innovación tecnológica global era, para muchos, una idea optimista. Hoy, es una posibilidad concreta. Las startups de la región están demostrando que, con acceso a tecnología, conocimiento y redes adecuadas, pueden competir —y ganar— en el escenario internacional.

La evidencia lo respalda. Un informe reciente del Banco Interamericano de Desarrollo señala que el ecosistema Fintech en América Latina creció un 340 por ciento entre 2017 y 2023. Son más de 3 mil startups en sectores clave como pagos, préstamos digitales y gestión financiera. Y este no es un fenómeno aislado: solo en 2022, se fundaron más de 220 nuevas startups en la región, con la llegada de fondos globales que antes ignoraban este mercado.

Además, la colaboración entre grandes corporaciones y startups se está volviendo cada vez más común. El estudio Corporate Venturing Latam 2024 muestra que el 15 por ciento de las empresas latinoamericanas ya invierten en emprendimientos tecnológicos, lo que representa una evolución significativa en la forma de pensar la innovación empresarial.

En NVIDIA lo vemos de primera mano. A través del programa NVIDIA Inception, trabajamos con más de 19 mil startups en todo el mundo, y más de 80 de ellas son mexicanas. Algunas están desarrollando soluciones en salud que utilizan inteligencia artificial para detectar enfermedades antes que un humano podría hacerlo; otras están en el sector financiero, creando herramientas para hacer más accesibles los créditos en zonas rurales. Lo que tienen en común es su ambición de resolver problemas reales, con tecnología de punta.

Esta nueva ola no solo necesita ideas brillantes, sino también infraestructura, mentoría y visibilidad global. Ahí es donde el rol de aliados estratégicos y tecnológicos se vuelve crucial. Desde mi posición, he sido testigo de cómo iniciativas orientadas al desarrollo de talento, como las que hemos impulsado en países como México, Brasil, Chile y Argentina, están sembrando la semilla de una soberanía digital regional.

En los últimos años, el uso de inteligencia artificial ha crecido aceleradamente en países como México. Desde universidades hasta pequeñas empresas familiares, cada vez más actores están explorando cómo aplicar esta tecnología para ser más eficientes, innovadores y competitivos. Ya no se trata de esperar a que la tecnología llegue: se trata de apropiarse de ella y adaptarla a los desafíos locales.

Nuestra misión es clara: que cada startup latinoamericana que quiera transformar el mundo tenga las herramientas para hacerlo.

El cambio está ocurriendo. No es una moda ni un ciclo pasajero, sino una transformación profunda. Y América Latina tiene todo para liderarla: creatividad, resiliencia, talento técnico y una clara necesidad de soluciones hechas a la medida.

Porque el próximo gran avance tecnológico no tiene que venir de Silicon Valley. También puede surgir desde Guadalajara, con su ecosistema de innovación; desde Monterrey, con su fuerza industrial y académica; o desde la Ciudad de México, donde convergen talento, inversión y visión emprendedora. Incluso en estados como Jalisco, Nuevo León o Yucatán, las ideas ya están tomando forma. Y en NVIDIA, estamos aquí para asegurarnos de que ese futuro tecnológico también hable en español... y tenga acento mexicano.

COLUMNAS ANTERIORES

Perspectivas económicas del Mundial de 2026
Voto por internet: una vía para revitalizar la democracia mexicana

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.