Colaborador Invitado

Liderazgo y sacrificio de la banca hacia las pymes

A simple vista, los resultados son favorables: el 72% de las empresas tienen más de 10 años, el 65% de los socios mayoritarios tienen educación superior y únicamente el 18% experimentaron pérdidas (vs 35% de la encuesta pasada).

Al comienzo de la presente administración presencié un intercambio de ideas interesante entre Altagracia Gómez, empresaria mexicana y asesora en el Gobierno Federal, y un alto dirigente de un importante banco en el país. La primera reclamaba el por qué las grandes instituciones bancarias no liberaban más crédito para la pyme. El banquero se limitaba a responder que las pymes no daban garantías suficientes para ser sujetos de mayor crédito. El contraargumento vino cuando ella aseguró que se encargaría de encontrar mecanismos para ayudar, pero el representante del banco no respondió del todo y se limitó a responder que era difícil que se cumplieran los requisitos.

El final de la reunión llegó con un planteamiento por parte de la representante del Gobierno que me parecía el camino adecuado: concedió que únicamente asignar el dinero a las pymes, en efecto, no era el mecanismo correcto; el otorgamiento de recursos requería venir acompañado por una adecuada capacitación. Pero Altagracia no estaba solo dando una idea, lo novedoso es que mostraba una firme convicción para buscar cómo sí impulsarlo desde el Gobierno. Pasados los meses, me falta información sobre si esta idea ha progresado, pero vale la pena analizar más a fondo esta situación. Para ello, me apoyé en información que la CNBV publicó a finales de mayo, a través de la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (ENAFIN), ejercicio que se realiza cada 3 años y tiene como objetivo analizar la dinámica de la demanda del financiamiento y servicios financieros por parte de las empresas, lo que debería contribuir a diseñar estrategias que fortalezcan la inclusión financiera. Quienes responden representan a más de 280 mil empresas, 95% de las cuales son micro y pequeñas organizaciones.

A simple vista, los resultados son favorables: el 72% de las empresas tienen más de 10 años, el 65% de los socios mayoritarios tienen educación superior y únicamente el 18% experimentaron pérdidas (vs 35% de la encuesta pasada). Además, 90% de las organizaciones tienen acceso a productos financieros y más del 50% ya tienen terminales de punto de venta, lo que ayuda a una menor informalidad. Pero, cuando vamos al detalle de las micro y pequeñas empresas se percibe que es cierto que lo que falta a las pymes es capacitación y acompañamiento. Mientras que el 64% de las grandes empresas viven más de 20 años, solo el 36% de las micro lo logran. La tasa de mortandad en los primeros 5 años para las micro es 4 veces mayor que las grandes. El 61% de las micro son de personas físicas contra solo el 2% de las grandes por lo que el riesgo se mitiga. Con relación a tarjetas de crédito, el 53% de las empresas grandes utilizan la tarjeta de la empresa, mientras que en las micro el mismo 53% utiliza tarjetas propias y créditos personales.

Por último, también hay desbalance en planeación financiera: arriba del 70% de las grandes empresas tienen claridad en pronósticos de ventas, metas a largo plazo, contratación de seguros y planes financieros de endeudamiento, todos estos elementos relacionados a la salud financiera. En las micro empresas, solo el 37% tienen un pronóstico de ventas y el porcentaje va bajando para el resto de conceptos.

Regresando a la reunión de apertura, ambos bandos tenían parte de razón: es difícil otorgar más crédito a las pymes porque representan mayor riesgo, concepto financiero básico y lógico. Pero creería que la postura correcta, la de menor garantía, sí, es la otra: recordar que necesitamos del liderazgo del sector bancario para contribuir al crecimiento del tejido empresarial y que, confiando, capacitando y acompañando a sus clientes pueden fortalecer la dinámica económica del país. En ocasiones lo que falta es voluntad, sacrificio y liderazgo. En el ambiente actual veo que podrían existir los factores necesarios y que estamos frente a una gran oportunidad.

COLUMNAS ANTERIORES

La discreta curva que impulsa la Bolsa de México
La tecnología, un catalizador de la creatividad humana

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.