Colaborador Invitado

El conflicto y la negociación con Irán bajo Trump

DonalTrump hace a un lado a su congreso, a la ONU y a las potencias tradicionalmente aliadas.

La pérdida de popularidad y la percepción generalizada de que Trump es un cobarde que siempre se retracta (TACO) fueron factores en su decisión de atacar a Irán. La influencia de Netanyahu y la extrema derecha americana e israelí fueron otros factores en la decisión.

Para el régimen teocrático de Irán, siguiendo como ejemplo a Corea del Norte, parecería racional desarrollar la bomba atómica como disuasor. Teniendo la bomba hubiera sido imposible que estuviéramos viendo los ataques de Israel y de Estados Unidos buscando acabar con las instalaciones nucleares de Irán. Trump hace a un lado a su congreso, a la ONU y a las potencias tradicionalmente aliadas.

Días antes del ataque Trump había ofrecido negociaciones a Irán. Después del ataque, Irán ha afirmado que no se sentará a negociar mientras no logre resarcir la afrenta sufrida, golpeando a Israel o los propios EU, apelando al principio de legítima defensa. EU, luego de los ataques, pide a Irán sentarse a la mesa de negociación no sin antes haberse rendido de manera incondicional, lo que es un absurdo que refleja su forma de negociar chantajeando o aniquilando primero al rival. Cuando Irán busque resarcirse, EU lo utilizará como pretexto para aumentar las hostilidades sin descartar el decapitar al régimen iraní.

Desde la llegada de los Ayatolas a fines de los años 70, Irán ha declarado que su principal objetivo de política exterior es la aniquilación del estado de Israel y de EU, lo que lo ha vuelto un enemigo existencial. Irán ha utilizado a Hamás, Hezbolla y Hutíes como sus proxis en su afán de destruir a Israel. El ataque de Hamás en Israel en octubre del 2023 es parte de esa agresión y la invasión actual es una consecuencia. La guerra en Irán también es un distractor del genocidio que se lleva a cabo en Palestina.

Las creencias religiosas juegan un papel central para evitar la paz. Los judíos ortodoxos y grupos evangélicos que apoyan a Netanyahu y a Trump jamás aceptarán la creación de un estado palestino junto a Israel, pues consideran que esas tierras les pertenecen por mandato divino. La teocracia Iraní jamás aceptará la existencia de Israel. El conflicto se vuelve inevitable en esas circunstancias donde no hay negociación posible. Los países árabes se muestran cautos frente a un Irán persa y chiita, rival religioso de los sunitas árabes.

Trump se distingue por sus errores de cálculo al buscar que el precio del petróleo disminuya. El escalamiento de la guerra inevitablemente hará que el precio del petróleo aumente.

La respuesta de las potencias nucleares aliadas de Irán como China, Rusia y Corea del Norte, donde posiblemente se sume Pakistán, está por verse. Un escenario es que de manera encubierta apoyen con armamento incluyendo misiles que eviten que el régimen teocrático en Irán se rinda dificultando la resolución final del conflicto de manera favorable para EU e Israel. China y Rusia han declarado que sería un error de Estados Unidos intervenir militarmente lo que es un absurdo decirlo en el caso de Rusia dada su invasión a Ucrania.

Irán se ha debilitado por la distracción de Rusia en Ucrania. Sus proxis han sufrido pérdidas significativas, incluyendo el cambio de régimen en Siria. La guerra de Israel contra Irán se había venido desarrollando como una guerra contra los proxis de Irán que aparece con fuerza total con el apoyo abierto de EU.

El uso del terrorismo es otra arma a la mano de Irán, amenazando en el medio oriente donde EU tiene bases militares, pero también dentro del suelo americano donde el aparato de seguridad ha sido debilitado por el despido de gente 100 % preparada, aunque no necesariamente alineada con Trump, por gente 100% leales pero impreparadas, alineadas con Trump. Trump se empeña en destruir acuerdos y organismos internacionales para imponer su ley.

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