Colaborador Invitado

Trump como catalizador involuntario de la integración global

Donald Trump crea el caos a nivel doméstico e internacional, siendo la pregunta cómo resistirlo. Al amenazar con apropiarse de Canadá y Groenlandia, Trump desafía la soberanía de países tradicionalmente aliados de EU.

Estados Unidos vive una contrarrevolución antidemocrática por el regreso de Donald Trump, quien tiene el mérito de que el resto del mundo busca independizase de su país en lo militar, político y económico. Dado el proteccionismo enfermizo de Trump, las empresas multinacionales de cualquier parte del mundo deberían producir en EU para el mercado local de manera ineficiente, y productivamente desde otras latitudes para el resto del mundo. En la sustitución de importaciones de antaño, las multinacionales se establecían dentro de bloques cerrados para producir localmente de forma improductiva, como hasta hoy hace el Mercosur que carece de competitividad global.

Malcolm Turnbull, ex Primer Ministro de Australia, analiza la problemática que representa el regreso de Trump para el mundo en reciente artículo de la revista Foreign Affairs (America´s Allies Must Save Themselves). Trump crea el caos a nivel doméstico e internacional, siendo la pregunta cómo resistirlo. Al amenazar con apropiarse de Canadá y Groenlandia, Trump desafía la soberanía de países tradicionalmente aliados de EU. Estos países tradicionalmente aliados son Canadá, Europa, Reino Unido, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelandia, los cuales deben unirse para rescatar lo mejor del orden global que Trump está demoliendo.

EU ha dejado de ser un socio confiable, por lo que sus aliados tradicionales deben funcionar sin su apoyo formando alianzas con socios afines. Los miembros europeos de la OTAN tienen la capacidad económica para superar a Rusia, reconociendo la necesidad de gastar más y mejor militarmente. Los aliados tradicionales deben disuadir a potenciales agresores con capacidades propias sin depender de EU. En el plan de adquisiciones de defensa europeo se excluye en gran medida a empresas estadounidenses.

En el Indo-Pacífico, China es mucho más fuerte en relación con sus vecinos asiáticos, que Rusia con sus vecinos europeos. Aparentemente, EU está más comprometido en defender a Asia que a Europa, pero Japón y Corea del Sur deben desconfiar y aumentar sus propias capacidades de defensa, incluyendo su disuasión nuclear propia. Trump está causando un gran rearme global.

Turnbull recuerda que en 2018 nació el acuerdo comercial más importante desde la creación de la OMC: el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT o CPTPP). Reino Unido se ha adherido mientras que China, Corea del Sur, Indonesia y Taiwán, han expresado interés en unirse.

El CPTPP tiene estándares mucho más altos que el RCEP que lidera China, y demostró que es posible establecer reglas sin EU. El mundo debe encontrar alternativas al poder del mercado de EU. Deben impulsarse iniciativas como un tratado entre la UE y Australia, entre la UE y Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), y entre la UE y el CPTPP. Mientras tanto, Japón, Corea del Sur y China buscan establecer relaciones comerciales más cercanas.

Por otro lado, la Alianza del Pacífico (AP) y el CPTPP deben fortalecerse mutuamente por sus intereses comunes en el Pacífico. La AP podría aprovechar a sus miembros que también son parte del CPTPP como puente para generar una mayor alineación normativa y de apertura, mientras que Colombia debe considerar su pronta adhesión al CPTPP. Establecer acuerdos de cooperación entre los bloques sería un importante paso. La AP mantiene la posibilidad de negociar acuerdos con otros países y bloques en América Latina, lo que no sucedería con el CPTPP, pero la falta de visión de ciertos países latinoamericanos que han interpuesto sus prioridades populistas ha sido un impedimento para avanzar en la agenda de integración, lo que debe corregirse ante la amenaza de Trump.

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