La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha puesto en marcha con firmeza y profundo compromiso patriótico el Plan México, una estrategia integral orientada a fortalecer nuestro mercado interno ante un contexto global incierto marcado por nuevos aranceles y tensiones comerciales.
El Plan México contempla 18 acciones prioritarias, entre las que destacan: el impulso a la autosuficiencia alimentaria, la aceleración de obra pública mediante la construcción de hospitales, escuelas, carreteras, puertos y aeropuertos; el fortalecimiento de la industria farmacéutica y petroquímica; así como el desarrollo de la producción nacional de bienes de consumo que generen empleo.
Con una visión de largo alcance, este plan está respaldado por un portafolio de inversiones superior a los 200 mil millones de dólares, y se estima que su implementación permitirá generar entre 500 mil y 1 millón de nuevos empleos en todo el país.
Uno de los componentes más relevantes es la estrategia de impulso a las industrias clave, como la automotriz, del acero y el aluminio, que enfrentan desafíos por la posible aplicación de un arancel del 25 por ciento. El Plan México busca transformar estos retos en oportunidades, fortaleciendo el aparato productivo nacional.
De igual forma, el plan considera un ambicioso programa de financiamiento a micro y pequeñas empresas, lo cual permitirá la creación de más de 100 mil empleos adicionales, dinamizando la economía desde su base y fortaleciendo el tejido social.
En este contexto, el Plan México representa una oportunidad histórica para las nuevas generaciones. No solo desde la perspectiva económica, sino también en lo social, educativo, tecnológico y cultural, abriendo paso a un México más justo, equitativo y competitivo.
Un aspecto que vale la pena destacar es que el plan no descuida los programas sociales que han sido el corazón de la transformación: Jóvenes Construyendo el Futuro, la Beca Universal Benito Juárez, y La Escuela es Nuestra forman parte esencial de esta visión integral que garantiza los derechos constitucionales al desarrollo, especialmente para niñas, niños y jóvenes.
Hoy, las nuevas generaciones vemos en el Plan México una ruta clara de crecimiento y esperanza. México se transforma con paso firme. La economía avanza, la justicia social se fortalece y el futuro se construye con acciones concretas que abren oportunidades para todas y todos.