Colaborador Invitado

Perspectivas económicas para México en el contexto de los aranceles

Factores como la presión de los sectores afectados, la respuesta del Congreso estadounidense y la dinámica del mercado podrían frenar la aplicación de nuevas tarifas.

Desde la reelección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, los mercados financieros han experimentado una volatilidad constante. Lo que comenzó con un optimismo tras su victoria en noviembre de 2024, pronto se tornó en fuertes caídas debido a la incertidumbre. Esta situación responde, en gran medida, a la agresiva y errática política comercial de Trump, en particular, a la imposición de nuevos aranceles a China, Canadá y México.

Hasta la fecha, Estados Unidos ha implementado aranceles del 25 por ciento sobre las importaciones mexicanas que no cumplen con las reglas del T-MEC y ha concedido una pausa para el resto de los productos hasta el 2 de abril. Según nuestro análisis, aproximadamente el 80 por ciento de las importaciones mexicanas cumplen con el tratado, mientras que el restante 20 por ciento podría estar sujeto a estas tarifas.

Asimismo, el gobierno estadounidense ha impuesto un arancel del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México y otros países. A diferencia de los aranceles implementados en 2018, esta vez sectores clave como autopartes, electrodomésticos y electrónica se ven directamente afectados. Estos aranceles, efectivos desde el 12 de marzo, impactan el 4.7 por ciento de las exportaciones totales de México, lo que equivale al 1.7 por ciento del PIB.

Por último, pero no menos importante, Trump anunció la imposición de aranceles del 25 por ciento sobre el contenido de origen no estadounidense en automóviles y autopartes, conforme a la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962. La medida entrará en vigor el próximo 3 de abril para automóviles y a más tardar el 3 de mayo para autopartes. Las autopartes originarias de países del T-MEC estarán exentas siempre y cuando cumplan con las reglas de origen del tratado, hasta que el secretario de Comercio, en consulta con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), establezca un proceso para aplicar aranceles a su contenido no estadounidense.

A medida que se acerca la fecha clave del 2 de abril, cuando se espera que EU anuncie su estrategia comercial más amplia, los mercados seguirán atentos a cualquier señal de un posible cambio de rumbo en la política comercial de Trump. Si bien existe la posibilidad de que México obtenga una exención para sus exportaciones de acero y aluminio en los próximos meses (debido a su superávit comercial con EU en estas categorías) y una extensión en la pausa del arancel del 25 por ciento a todos los productos importados, las constantes amenazas comerciales podrían complicar el proceso de revisión del T-MEC, aumentando la incertidumbre política y el riesgo de inversión.

Es importante señalar que, aunque el proceso formal de revisión del T-MEC está programado para 2026, en cierto sentido, esta revisión ha comenzado de manera no oficial con la reelección de Trump. El tratado comercial establece que, en julio de 2026, Canadá, Estados Unidos y México se reunirán para definir si el acuerdo se mantiene vigente más allá de 2036. En nuestro escenario base, dado que el comercio entre los tres países de la región de Norteamérica sigue siendo vital para sus economías, el tratado continuará siendo un pilar en la relación comercial.

El desenlace de la política comercial de Trump podría definirse en los próximos meses. Factores como la presión de los sectores afectados, la respuesta del Congreso estadounidense y la dinámica del mercado podrían frenar la aplicación de nuevas tarifas. Además, la revisión del T-MEC podría representar una oportunidad para renegociar términos que beneficien a México y otorguen mayor certidumbre a las empresas.

Desde la perspectiva de los inversionistas, la diversificación sigue siendo clave. A pesar de la volatilidad actual, la historia ha demostrado que los mercados tienden a recuperarse. En este contexto, mantener la paciencia y la disciplina en las inversiones es fundamental. Si bien los aranceles representan un desafío para México, el país cuenta con herramientas para mitigar su impacto. La clave estará en la capacidad del gobierno y el sector privado para adaptarse y encontrar nuevas oportunidades en un entorno comercial incierto.

Miriam Acuña

Miriam Acuña

Economista en Jefe en GBM

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