El nearshoring es considerado como una de las mayores oportunidades para el desarrollo económico del país, pero hasta el momento sigue sin alcanzar todo su potencial y tal vez pensemos que nos encontremos en una encrucijada muy difícil de salir, viéndola pasar sin oprimir el acelerador a la par que vemos pasar a nuestros competidores latinoamericanos.
Si bien nuestro país vecino sigue usando el offshoring, que implica menos costos, por otro lado, al externalizar servicios en países lejanos que ofrecen costos laborales más bajos como India, China o Filipinas, también trae riesgos difíciles de controlar como aquellos relacionados con un horario distinto, a lo cual se suman problemas de comunicación y coordinación. El nearshoring, por el contrario, se orienta hacia la externalización de servicios a países cercanos a la empresa geográficamente y en time zones similares que la colaboración sea más sencilla.
La posibilidad de que con el nearshoring lleguen grandes inversiones a México, y nuevas empresas con tecnología de punta generando millones de empleos es una coyuntura que no se está capitalizando. Nuestro país está perdiendo la oportunidad de captar buena parte de la inversión extranjera directa (IED) que está saliendo de China. Un análisis del Colegio de Economistas de Aguascalientes destaca que la IED en el país tuvo una fuerte caída en el primer trimestre de 2024, con una contracción del 13 por ciento.
El nearshoring es una oportunidad invaluable para reestructurar la industria nacional e incorporar un mayor valor agregado a nuestros productos, por lo cual es vital contar con mano de obra especializada y tecnificada con buen dominio del idioma inglés. Datos al respecto señalan que los profesionales con nivel avanzado de esta lengua ganan 3.9 veces más que aquellos que no dominan el idioma, mientras los de nivel intermedio perciben un sueldo 2.3 veces mayor al promedio.
Datos de Education First destacan que Argentina encabeza el dominio del idioma y representa el numero 30 a nivel global, junto a otros como Costa Rica, Paraguay, Chile y Brasil, mientras que México tiene la deshonrosa posición de ser el penúltimo lugar, solo por encima de Haití. Si esto ocurre con estos países habría que entender por qué no llega a nuestro país más inversión extranjera directa.
La respuesta para México es la combinación de todos estos factores: salir al mundo con estrategias para captar inversión, abrir inversión estratégica en energía al mercado privado, trabajar con EU para encontrar puntos de coincidencia, profundizar en la proveeduría de industrias esenciales, reforzar la reinversión con los que ya nos conocen e impulsar proyectos estratégicos de gran envergadura en materia de tecnología de hardware, semiconductores, IA, vehículos eléctricos, pharma y minerales estratégicos.
México cuenta con varias ventajas y por ello es indispensable que continúe mejorando su infraestructura, estabilidad política, económica, seguridad pública y marco institucional para generar confianza y mantener su atractivo a la inversión extranjera.
En la Cumbre Anual de Índices & ETFs en México 2024 de la BMV, los expertos apuntaron que el nearshoring mexicano debe seguir las políticas de Estados Unidos o corre el riesgo de un enfrentamiento económico y arancelario, al tiempo de que deben resolverse pendientes como: déficit en infraestructura y tecnología, crisis hídrica en el norte e inseguridad.
Finalmente, el banco de inversión inglés Barclays estimó que durante 2023 el nearshoring pudo haber contribuido con entre el 0.3% y el 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB). Y aunque en 2024 se anunció inversión extranjera por 36 mil millones de dólares, la mayor parte de esa tenía ya presencia en nuestro país.
Y a pesar de ello. México sigue siendo un destino atractivo.