Colaborador Invitado

Mujeres trabajando, el liderazgo femenino en la nueva normalidad

Las mujeres tenemos un reto por delante. La lucha persiste por lograr ambientes laborales dinámicos, diversos, incluyentes y prósperos.

Lyssette Bravo, directora de Comunicación Externa y Asuntos Públicos de HSBC México y Latinoamérica

Una óptica en la colonia Escandón que acaba de reabrir sus puertas tiene a dos mujeres en el mostrador. También hay un café en Cuernavaca y una gasolinera en Mérida que operan sólo con mujeres. Los centros comerciales de todo el país tienen a miles de mujeres atendiendo a los clientes.

En enero de 2022, por cada cien hombres registrados en el IMSS en un puesto de trabajo, la organización no gubernamental México, ¿cómo vamos? contabilizó que hay casi 64 mujeres en igualdad de condiciones, lo que representa un incremento de 1.7 por ciento respecto a enero de 2021.

Estos niveles han aumentado gracias a que las mujeres se han dedicado en los últimos meses, principalmente, a los sectores de servicios y manufactura, los más golpeados por las medidas contra Covid.

Los establecimientos poco a poco han reabierto y han crecido. Sin embargo, todavía hay brechas que cerrar. La fuerza laboral de las mujeres está por debajo de la masculina. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU publicó un estudio en el que afirma que, a finales de 2021, 39 por ciento de las mujeres de la región tenían empleo, a diferencia del 49 por ciento a principios de 2020, un mes antes de iniciar el confinamiento. No obstante, los hombres pasaron de 69 a 73 por ciento en ese mismo periodo.

Ante una pandemia que nos obligó al distanciamiento social, puestos de trabajo que se perdieron, y una reactivación pausada, las mujeres supimos encontrar opciones y abrir oportunidades con creatividad y mucho trabajo.

EMPRENDEDURISMO FEMENINO

Uno de los caminos que muchas mujeres han encontrado durante la pandemia es la venta directa de productos y servicios. Internet es una buena oportunidad para ir un paso más allá, formalizando sus negocios y haciéndolos crecer gracias a productos bancarios.

Con la normalización de las actividades, el emprendedurismo femenino ha tenido un fuerte impulso. Y los productos financieros han respondido, respaldados con datos: de cada 100 mujeres que solicitan un crédito bancario para un negocio, 99 lo cubren.

Los bancos, además de otorgar crédito a mujeres, han establecido productos estratégicos y especializados para ellas; herramientas financieras que han representado un paso en el crecimiento social de miles de mexicanas. HSBC, por ejemplo, ha participado en el financiamiento y en la especialización de distintos negocios de mujeres que han terminado en historias de éxito.

EL TRABAJO A DISTANCIA

Pero la historia no acaba aquí. Miles de mujeres colaboradoras de empresas pudieron seguir desempeñándose vía remota y cumplir objetivos. Esto ha permitido que la mujer trabajadora haya estado más presente con sus hijos (que han tomado clases a distancia) y crecer con ellos. Otras más pudieron estar pendientes de sus adultos mayores o alcanzaron metas personales, educativas, profesionales, de salud física y emocional a su nueva vida. Las mujeres hemos logrado un equilibrio nunca antes visto entre la casa y el trabajo y demostramos que nuestra carrera profesional depende de los resultados que alcancemos día a día.

Este cambio de paradigma ha confeccionado una visión del trabajo sin precedentes que pone el enfoque en lo que realmente importa. Avala el escalafón de quienes lo merecen y no de quienes parece que lo merezcan. Ha cerrado la brecha laboral y eso es algo muy positivo para el desarrollo de las empresas. Las mujeres podemos ser exitosas en un ambiente progresista, ya sea de manera virtual, presencial o híbrida.

¿HACIA DONDE VAMOS?

Este panorama de la nueva normalidad en el trabajo sin duda tiene que ser respaldado por las empresas. Que las organizaciones laborales entiendan las necesidades de las mujeres y reconozcan sus aportaciones. Que cada vez haya mayor apertura para las emprendedoras. Y que los protocolos de promoción sean transparentes, accesibles para todos y que valoren la diversidad e inclusión.

Las mujeres tenemos un reto por delante. La lucha persiste por lograr ambientes laborales dinámicos, diversos, incluyentes y prósperos. Y estamos listas para entrar a una realidad nueva, vibrante y justa. Estamos listas para encarar el futuro.

COLUMNAS ANTERIORES

Ejecución de la estrategia en la era de la transformación digital
Inteligencia artificial: aliada estratégica de la gestión de riesgos

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.