Opinión Clemente Ruiz Duran

Las reformas que apunta el Censo

El censo es una gran oportunidad de renovación, esperamos que su lectura motive a la reflexión de corto y largo plazos.

La publicación de los datos del Censo de Población y Vivienda 2020 hace patente la encrucijada en que se encuentra México. Contamos con una población de 126 millones, pero con una economía maltrecha que no da para proporcionar niveles mínimos de bienestar de forma generalizada a la población. Esta situación se hace más compleja si se considera que la población está envejeciendo, la población de 65 años o más aumentó y la natalidad se redujo, lo que da muestras de la necesidad de un nuevo pacto social para hacer frente a esta tendencia. Es decir, la primera reforma que apunta el censo es la de pensiones, para que los mexicanos de mayor edad enfrenten los últimos años de vida de forma digna. Aun cuando el censo señala que sólo representan un 4.4 por ciento de la población, también muestra con la pirámide de edades que el envejecimiento se acelerará en la presente década, de ahí la necesidad de un sistema de pensiones unificado que responda a esta situación.

La otra reforma que apunta el censo es la necesidad de reestructurar las bases de crecimiento de la economía, para que alcance al menos una expansión que sea compatible con la expansión de la población y con el abatimiento de los rezagos que se han acumulado en los niveles de bienestar y que se apuntan en los datos del censo. El nivel de crecimiento que se requeriría para lograr abatir los rezagos y acomodar el crecimiento de la expansión de la población económicamente activa sería de al menos de cinco por ciento. Antes de la pandemia las políticas de equilibrio fiscal impidieron alcanzar los niveles requeridos, lo que se agravó con las políticas de austeridad republicana de 2019 (que se asemejan más a las recetas de austeridad propugnadas por las escuelas mas conservadoras de pensamiento económico) a lo que se sumó la pandemia que se enfrentó con la peor estrategia, 'la de contención del gasto público'. Bajo esta perspectiva la economía no recuperará el dinamismo que se requiere para abatir los rezagos que muestra el censo, el proceso será lento. El censo nos recuerda así las deficiencias estructurales de la economía, que requieren ser atendidos en materia de mínimos de bienestar.

El censo como testigo ciego de la evolución del país, muestra que el momento de rediseño de la economía con base en un nuevo pacto social deberá ser en esta década, ya que debemos aprovechar que la edad promedio de la población es de 29 años, por lo que se cuenta con un fuerte capital en los estratos medios de la población, es decir, requerimos actuar para aprovecharlos de manera productiva. Para ello es necesario una reforma del Estado que privilegie al capital humano y la innovación. Hoy el censo apunta que continuamos siendo un país de secundaria, lo que no nos permite competir en la sociedad del conocimiento. Las políticas educativas han resultado ser ineficaces, lo que no ha permitido incrementar la productividad de la población económicamente activa. Este es uno de los puntos torales, sin embargo, parece ser que las diversas administraciones no se lo han tomado en serio, con lo cual la productividad laboral se ha visto mermada. Esta situación es crítica por lo acordado en el nuevo tratado de libre comercio, en el cual se ha establecido que las remuneraciones debieran crecer al ritmo de la productividad, para alcanzar los niveles de salario mínimo de Estados Unidos.

Otra área que se plantea como crítica de acuerdo con el censo es la creciente demanda de servicios médicos que requieren los 126 millones de habitantes, que de continuar creciendo al ritmo de la última década alcanzaremos los 140 millones de habitantes en 2030. Esta población requerirá necesariamente de servicios médicos, para lo cual no estamos preparados, como ha puesto en evidencia la pandemia, ya que la morbilidad ha resultado ser mayor a la de otros países de similar grado de desarrollo, el censo da evidencia de la urgencia de una reforma del sector salud.

En esta secuencia, uno de los puntos que resalta el censo es la creciente urbanización de la sociedad mexicana. El 86 por ciento de la población vive en ciudades, se requiere establecer un programa de equipamiento urbano que evite los conflictos de convivencia. Otras sociedades han visto en este reto una oportunidad para elevar los niveles de vida de su población de manera acelerada, como es el caso de China. El censo simplemente recuerda cuáles son los números, y con ello apunta a una nueva agenda de desarrollo, que esperamos sea diseñada por la sociedad y que las fuerzas políticas sean capaces de leer los mensajes del censo para que con base en sus enseñanzas articulen una estrategia electoral más sustentada. El censo es una gran oportunidad de renovación, esperamos que su lectura motive a la reflexión de corto y largo plazos.

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