Clemente Ruiz Duran

La dinámica de la amenaza

El planteamiento de la administración Donald Trump supone que el sistema de precios puede acabar con años de desequilibrios y que eso será suficiente para desaparecer el esfuerzo que ha construido una nueva geografía de la producción.

Han transcurrido siete días desde el inicio de imposición de aranceles por parte del presidente Trump, lo que ha desquiciado a la economía global. Los mercados bursátiles han dado cuenta de la disrupción, que ha afectado a millones de personas en el mundo. Se ha tomado un camino del cual es muy difícil volver atrás, lo que implicará disrupciones mayores para la economía global, las bolsas han mostrado que los mercados se han visto afectados severamente afectando a negocios y a todos los fondos de inversión incluyendo los de pensiones que han perdido en esta semana fuerte sumas. Un portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, declaró que la administración Trump mantiene contacto regular con líderes empresariales, grupos industriales y ciudadanos comunes, especialmente en relación con decisiones políticas importantes, como la medida arancelaria recíproca del presidente Trump, señalando que las medidas que se están tomando son para eliminar el déficit comercial crónico de Estados Unidos.

Este argumento es falaz, porque descansa en la idea de que el sistema de precios funciona para resolver problemas estructurales y esto no ocurre en la mayoría de los casos, lo que el gobierno del presidente Trump no reconoce que esto deriva de la falta de inversión, la cual se ha venido acumulando a lo largo de décadas y es lo que ha hecho que pierdan competitividad frente a los países asiáticos. En el caso de los países asiáticos, China ha mantenido un coeficiente de inversión de alrededor de 43 por ciento; Corea, de alrededor de 32 por ciento; Japón, de 26 por ciento, y Estados Unidos, apenas de 21 por ciento. Es decir, las capacidades productivas se han construido a lo largo de los últimos 70 años, por lo mismo no es cuestión de poner una tarifa y con eso se va a solucionar el problema, si se requiere restablecer la hegemonía que alguna vez tuvo Estados Unidos requiere volver a invertir para que se pueda restablecer este proceso. El proceso es más complejo que el que argumenta la actual administración Trump.

En el planteamiento de la administración Trump supone que el sistema de precios puede acabar con años de desequilibrios y que eso será suficiente para desaparecer el esfuerzo que ha construido desde finales de la Segunda Guerra Mundial una nueva geografía de la producción. Deja fuera todo el esfuerzo realizado por los países para desarrollar capacidades productivas y tecnológicas en todo el mundo y el descuido que ha tenido Estados Unidos respecto a continuar el esfuerzo que había venido realizando. Es más, deja de lado la forma como se reorganizó la industria con las empresas multinacionales, que llevo a la construcción de cadenas de valor en la economía global.

La estructura industrial global de 2025 es más compleja de lo que la administración Trump plantea, el sistema de precios no será suficiente para motivar que las empresas estadounidenses cierren sus plantas en el resto del mundo y las reubiquen en Estados Unidos. Antes de que eso suceda, tendrán que reformular la manera como está organizada la economía estadounidense, para poner un ejemplo: la Ford Motor Company tiene plantas en Argentina, en Pacheco; en Canadá, en Oakville; en Alemania, en Colonia y en Saarlouis; en China, tiene seis; en México, tres; en Rumania, una; en Sudáfrica, una; en Tailandia tiene dos, y en Turquía, una. La propuesta de tarifas no borrará de un plumazo lo que se ha construido en 70 años desde que se terminó la Segunda Guerra Mundial.

La medida parece diseñada para enviar el mensaje de que el gobierno de Estados Unidos está comprometido con su guerra comercial, incluso si eso implica precios más altos para los estadounidenses y un desaceleramiento de la economía estadounidense. En esta perspectiva, las economías del mundo deben prepararse para enfrentar precios más altos, y deberán modificar los parámetros sobre los que basaban su crecimiento y buscar mecanismos compensatorios para el corto plazo. En este sentido, se requiere de una planeación conjunta del sector público y del sector privado, podría funcionar formar un Consejo productivo para la emergencia, en donde se sumen todas las fuerzas productivas que impidan que el efecto Trump pueda llevar a la economía mexicana al crecimiento negativo. Es momento del diálogo con otros países para buscar una menor dependencia de Estados Unidos, esta diversificación siempre se ha buscado y desafortunadamente poco se ha logrado, es momento de volver los ojos hacia el sur y ver qué acuerdo se puede llegar con los países asiáticos, en especial con China, y con Europa. Hay mucho trabajo por delante, es momento de un gran esfuerzo, se requiere sumar fuerzas para lograr rediseñar nuestra economía, con una menor dependencia de Estados Unidos.

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