Cesar Emiliano Hernandez Ochoa

La banca nacional y extranjera comprometidas con las energías verdes

 

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La innovación de proyectos de generación de electricidad utilizando fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar fotovoltaica, hace necesario que los modelos aplicados por la banca para analizar la rentabilidad de este tipo de proyectos se ajusten a la nueva realidad de la competencia en el mercado eléctrico nacional.

Uno de los pilares de la reforma energética en el sector eléctrico son las subastas de largo plazo que propician la participación de inversionistas privados, con lo cual los proyectos competitivos son analizados desde una perspectiva financiera por parte de las instituciones bancarias.

En particular, el anuncio del pasado martes referente al cierre financiero de los proyectos ganadores de dichas subastas sienta un precedente para futuros proyectos que buscarán financiamiento, tanto de la banca de desarrollo como de la banca comercial bajo condiciones de mercado.

Tanto la Banca Nacional —Banco Santander, Nacional Financiera (NAFINSA), Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (BANOBRAS) y Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT)— como la Banca Internacional —Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco de Desarrollo de América del Norte (NADBANK), Corporación Financiera Internacional (IFC), Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ y Export Credit Agency (EKF)— fueron los que tomaron la iniciativa para financiar estas operaciones, entender los riesgos asociados a este tipo de proyectos, evaluar la rentabilidad de los mismos, correr pruebas de estrés para simular condiciones financieras y otorgar los financiamientos adecuados en condiciones competitivas a tasas de mercado.

Cada una de estas instituciones financieras realizó su evaluación crediticia de manera individual y obtuvo las aprobaciones respectivas de sus órganos de gobierno con base a las características de cada uno de los proyectos presentados.

En particular, los tres principales bancos de desarrollo de nuestro país analizaron las solicitudes de crédito de cada uno de los proyectos ganadores, presentaron su caso ante el comité interno de crédito, obtuvieron la aprobación respectiva del comité ejecutivo de crédito y finalmente su consejo directivo aceptó los créditos otorgados.

La adecuada formalización de estos financiamientos para los proyectos ganadores anunciados en el evento del martes pasado (Zuma y Cúbico), implicó que tanto los funcionarios de los bancos participantes como los directivos de las empresas privadas y sus equipos dedicaran tiempo y esfuerzo para lograr el cierre financiero en tiempo y forma con base a las mejores prácticas bancarias de cada una de las instituciones financieras participantes.

La rentabilidad de cada proyecto y el análisis de crédito respectivo fueron dos de los factores determinantes que permitieron realizar el cierre financiero anunciado en días pasados.

Asimismo, los meses de trabajo detrás de cada una de estas solicitudes traen como beneficio para el sector energético una fuente de recursos adicionales a tasas competitivas y para el sector financiero un nuevo destino de inversión rentable en condiciones de mercado.

La asociación anterior, no solo se limita a los sectores energético y financiero, sino que también beneficia a los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Aguascalientes con proyectos rentables que generarán empleo y derrama económica para los próximos veinte años.

La construcción de estos parques de generación —eólicos y fotovoltaicos— en los tres estados implicará el otorgamiento de créditos por un total de casi 900 millones de dólares, mismos que fueron autorizados en condiciones acordes a los mercados financieros, con tasas competitivas para los inversionistas y con rendimientos atractivos para las instituciones financieras.

Finalmente, la concurrencia de los sectores público y privado, la participación de la banca de desarrollo y la banca comercial, así como el involucramiento de participantes nacionales e internacionales en el cierre financiero de estos proyectos eléctricos, sientan las bases para un futuro de colaboración entre los sectores energético y financiero que generará beneficios para continuar la transformación que la Reforma Energética trajo a nuestro país.

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