Carlos Serrano Herrera

Banxico: con espacio para seguir bajando

La inflación en México continúa mostrando señales claras de moderación, lo que abre la puerta para que el Banco de México (Banxico) siga avanzando con el ciclo de recortes de su tasa de referencia.

La inflación en México continúa mostrando señales claras de moderación, lo que abre la puerta para que el Banco de México (Banxico) siga avanzando con el ciclo de recortes de su tasa de referencia. En agosto, la inflación general se ubicó en 3.6%, prácticamente en el mismo nivel que promediaba antes del episodio inflacionario que se desató en la pospandemia y que, podemos ahora afirmar, ha quedado atrás.

Dicho lo anterior, hay matices relevantes. La inflación subyacente, la que excluye los precios más volátiles y refleja mejor las tendencias de mediano plazo, se encuentra en 4.2%. Este nivel todavía está por encima del rango objetivo de Banxico, que va del 2% al 4%, aunque existen factores que permiten anticipar que pronto también se moderará y, eventualmente, se colocará por debajo de ese umbral.

El principal elemento es la debilidad de la demanda interna. Durante la primera mitad del año, la inversión registró una caída de 6.2%, resultado, me parece, de la incertidumbre que han traído la reforma judicial y la política comercial de Estados Unidos. Esta contracción está teniendo repercusiones en el mercado laboral, que muestra un estancamiento. Lo que es más, una vez que se corrige por la incorporación de trabajadores de plataformas digitales, la tasa anual de generación de empleo es cercana a cero. La fragilidad del mercado laboral, a su vez, repercute en el consumo, que también disminuyó 0.1% en el mismo periodo. La debilidad de la demanda interna se traducirá en menores presiones inflacionarias en los próximos meses. Con menos capacidad de gasto y con un mercado laboral que no logra consolidarse, los precios tenderán a estabilizarse, lo que dará espacio a Banxico para seguir bajando la tasa de la política monetaria.

Otro elemento a considerar es la fortaleza del peso mexicano. A lo largo de este año, el tipo de cambio se ha apreciado de manera significativa, en buena medida por la debilidad generalizada del dólar frente a otras monedas. Esto también contribuirá a disipar presiones inflacionarias.

Todo esto ocurre en un contexto en que, a pesar de los recientes recortes en la tasa de interés, la política monetaria en México sigue siendo restrictiva. Mientras que la tasa real observada se mantiene alrededor de 4%, la tasa real neutral (aquella que ni estimula ni restringe a la economía) debería ubicarse ligeramente por debajo de 3%. Esto significa que, incluso después de los recortes, la postura monetaria todavía está ejerciendo un freno sobre la actividad económica.

Pero la política monetaria también es restrictiva desde la perspectiva histórica reciente. En la década previa al episodio inflacionario, entre 2010 y 2019, la inflación promedió 3.96%, ubicándose por encima de su nivel actual, y con una tasa de política monetaria real ex ante de 1.24% en promedio, considerablemente más baja que la que observamos hoy. En 2018, por ejemplo, la media de la inflación fue 4.9%, y en ningún mes fue menor de 4.5%, mientras que la tasa de política monetaria real se situó en 3.8%. Desde luego, los contextos no son idénticos y siempre hay factores que matizan la comparación, pero resulta llamativo que hoy se critique a Banxico por supuestamente ser tolerante con la inflación y se argumente que no debería reducir la tasa, cuando en 2018, con una inflación incluso más elevada, y tasas reales más bajas, prácticamente no se escuchaban esas voces.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que las expectativas de inflación de mediano plazo se encuentran bien ancladas, en los niveles promedio previos al brote inflacionario.

El escenario externo también juega a favor. Todo apunta a que la Reserva Federal de Estados Unidos reanudará el ciclo de recortes de su tasa este mismo mes de septiembre. De confirmarse, este movimiento quitaría presión a Banxico, que ya no tendría que preocuparse tanto por un diferencial de tasas amplio entre México y Estados Unidos. La Fed le abrirá espacio al banco central mexicano para actuar con mayor libertad, sin poner en riesgo la estabilidad cambiaria ni el atractivo de los activos financieros locales.

Con base en estos elementos: la debilidad de la demanda interna, la fortaleza del peso, una postura monetaria aún restrictiva y el probable acompañamiento de la Reserva Federal, en BBVA Research México estimamos que la tasa de política monetaria se ubicará en 7% al cierre de este año.

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